Bruselas se prepara para el «Día de la Liberación» de Trump y ultima un plan «contundente»

A la espera de esos detalles –se esperan nuevas tasas comerciales también al cobre, a los semiconductores y a los productos farmacéuticos– la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen, subrayó ayer que la guerra comercial sólo servirá para crear «un monstruo burocrático de nuevos procedimientos aduaneros».

En su intervención ante el Parlamento Europeo, la jefa del Ejecutivo comunitario quiso lanzar un mensaje de tranquilidad, afirmando que el bloque es «el mayor mercado único del mundo, por lo que tenemos la fuerza para negociar y de hacer retroceder».

La política alemana reconoció que el mercado global presenta grandes desafíos como la sobrecapacidad en sectores como el aluminio y el acero, así como desequilibrios y subsidios injustos. Aunque tendió la mano a los socios estadounidenses: «Trabajemos juntos. Los aranceles sólo empeorarán la situación, impulsando la inflación. Eso es lo contrario a lo que queremos conseguir».

La estrategia europea ante esta situación es clara: Europa está abierta a negociar y no quiere tomar represalias, pero tiene «un plan contundente si es necesario». «Tenemos las cartas, desde el comercio de tecnología hasta la dimensión de nuestro mercado», dijo Von der Leyen. Y el bloque está listo para imponer «contramedidas» como las ya anunciadas, en respuesta al 25% de tarifas al aluminio y el acero europeo.

La UE responderá el 13 de abril con la reactivación de los aranceles que ya impuso a Washington entre 2018 y 2020 y que afectarán a las embarcaciones estadounidenses, el bourbon, los vaqueros Levi's y las motocicletas Harley-Davidson, entre otros.

Bruselas también ha diseñado junto a los Estados miembros otro paquete de medidas –que con las anteriores medidas tendrán un impacto económico de 26.000 millones de euros– y que afectarán especialmente a los territorios republicanos de EE UU, gravando bienes y productos como electrodomésticos, artículos de cuero, productos agrícolas, nueces y azúcar. Por el momento, la UE está «preparada y determinada» a responder «de forma cuidadosa y calibrada» a las tarifas recíprocas de Trump. El objetivo es «una solución negociada», aunque protegiendo los intereses europeos.

En clave española, el Gobierno dice no tener «ningún problema» con la nueva Administración, pero el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, volvió a apelar al diálogo ante los aranceles. Este martes tras el Consejo de Ministros, recordó que la relación comercial entre europeos y norteamericanos es la «más importante» del planeta y es «beneficiosa» para ambos, «tanto a empresas, como trabajadores y consumidores». Sin embargo, dejó claro que en el momento que el polémico mandatario de EE UU anuncie sus medidas, «Europa tiene una política comercial con la que defender la integridad del mercado», señaló el ministro.

Mientras, la UE seguirá diversificando sus suministros y cerrando acuerdos comerciales con terceros países como los ya firmados con Mercosur, México o Suiza. En concreto, Europa mira a Sudáfrica e India, a la vez que mantiene intensas negociaciones con Indonesia y Tailandia.

De puertas adentro, el bloque quiere reducir los obstáculos dentro del Mercado Único para facilitar las empresas transfronterizas, aligerando los procedimientos aduaneros y los impuestos. «La relación comercial transatlántica es la mayor y más próspera del mundo. Europa no ha iniciado esta confrontación y no queremos tomar represalias, pero tenemos un plan sólido en caso de que sea necesario», zanjó Von der Leyen.