Establecimiento con distintas botellas de vino. E. C.

Las bodegas tiemblan: hay muy pocas botellas y son caras

El precio desbocado del gas apunta ya a una renegociación al alza de los contratos de suministro de este tipo de envases

Sábado, 12 de marzo 2022, 11:32

Es el círculo vicioso de la economía. El movimiento de un componente hace que la rueda comience a girar en el sentido indeseado. El incremento salvaje del precio del gas ha provocado ya un alza de costes importante en la producción de botellas de vidrio. ... Un producto aparentemente simple, convencional, pero que es de momento insustituible para muchos sectores. Las bodegas de vinos -también los productores grandes y pequeños de cerveza- han comenzado a temblar. Hace apenas unos días, en un encuentro de urgencia celebrado por el diputado general de Álava con representantes de las principales empresas del territorio, varios representantes de compañías bodegueras lanzaron la voz de alarma. El precio de las botellas de vino se ha disparado y quizá porque existe la 'Ley de Murphy' -todo tiene tendencia a empeorar-, además hay escasez de oferta, lo que retroalimenta la carestía de los suministros.

Publicidad

«Hay un grave problema de costes de producción -advierten desde la empresa alavesa Vidrala, que produce un tercio de las botellas que se consumen en el conjunto de la denominación Rioja- como consecuencia de un precio del gas que se ha disparado». Los fabricantes de este producto tienen un 'pequeño' problema añadido. A diferencia de lo que sucede en la industria siderúrgica de hornos eléctricos, que pueden parar la producción en momentos coyunturales para eludir la escalada tarifaria de la electricidad, en la producción de vidrio no cabe esa opción. Los hornos, que utilizan gas para fundir la materia prima a temperaturas en el entorno de los 1.500 grados, no se pueden parar en ningún momento. Es una cadena sin fin que dura las 24 horas del día. «Si paras un horno de vidrio te lo cargas y hay que tirarlo», apuntan los expertos.

Precios descalabrados

Un par de datos permiten situar con precisión el momento delicado de la industria del vidrio y de quienes son sus consumidores. Hace ahora un año, en marzo de 2021, el megavatio de gas cotizaba en el mercado a 17,36 euros. Ya a finales del pasado año el precio se había disparado hasta cifras ligeramente por encima de los 80 euros. La invasión de Ucrania y el hecho de que Rusia sea el principal suministrador de este combustible en buena parte de Europa lo ha llevado a las nubes. Rozando los 160 euros el megavatio, casi diez veces más que hace un año. Y por esos 1.500 grados que deben mantener constantes los hornos en la industria del vidrio, el gas tiene un papel fundamental en el escandallo de costes (medición del rendimiento de un producto para establecer precios de venta adecuados). Antes de que estallase esta crisis, el combustible suponía el 20%. Ahora se acerca al 70%. «Para mantener una relación de márgenes similares, una botella debería venderse ahora justo por el doble de precio que hace un año», apuntan desde Vidrala.

Las bodegas hacen su pedido de botellas al final de cada ejercicio. Ya con la última cosecha en sus depósitos de acero inoxidable, son capaces de calcular sus necesidades de vidrio para el año siguiente. En la última negociación ya se produjo un aumento de precios -entre el 10% y el 15% en función de los diferentes tipos de botella-, pero los fabricantes ya anuncian que van a tener que renegociar la práctica totalidad de los contratos. Una botella bordelesa estándar de 750 mililitros podía costar entre 20 y 25 céntimos. Ahora eso se va a poner por las nubes. Para quienes venden vino de cosechas premium a 25 euros la botella o más, la subida puede suponer una muesca en su cuenta de resultados. Para quienes compiten en vinos por debajo de los 7 euros, la botella puede ser un drama.

Más demanda que oferta

No hay problema de abastecimiento de materias primas, aseguran los fabricantes -el vidrio reciclado es ya la base fundamental y no hay escasez, al menos en España-, aunque sí hay aumentos de costes derivados del encarecimiento del transporte. Más círculos viciosos.

Publicidad

Aumento de costes

  • Botellas. Aumentos del 10%-15% y se prevén subidas inmediatas.

  • Cartón. Aumento del 15% y próxima subida en tres meses.

  • Etiquetas. Subida del 10% y con problemas de suministro.

  • Cápsulas y tapones. Subidas del 15% y problemas de suministro con el aluminio.

  • Film plástico. Subida del 20%.

Pero hay un problema añadido para los bodegueros: la oferta de botellas no es capaz de atender la demanda. Hay menos botellas disponibles de las que reclaman las bodegas para dar cobijo a sus cosechas. La razón a este fenómeno hay que buscarla en la pasada crisis provocada por el covid, que llevó a las fábricas a reducir sus stocks a mínimos. El tirón a partir de la segunda mitad de 2021 les ha pillado con los almacenes muy justos, en un momento en el que el consumo de vino sigue presionando al alza tras la reapertura de la hostelería.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad