El 1,7% que marcó la tasa de inflación de la Eurozona en septiembre fue casi una sorpresa para el Banco Central Europeo (BCE) y el dato reforzó la confianza del eurobanco para reducir los tipos de interés un 0,25%, hasta el 3,25%. ... La institución europea concluyó en su reunión de octubre que el proceso desinflacionario «está encarrilado» y aunque se espera un leve repunte a corto plazo, los riesgos «se han equilibrado». Es lo que se desprende de las actas de la reunión del BCE publicadas este jueves, en las que la institución se muestra prudente y advierte de que la batalla contra la inflación «aún no está ganada».
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«Si la desaceleración y la sorpresa a la baja de la inflación resultan ser temporales, la decisión de recortar los tipos en octubre podría resultar simplemente un avance de un recorte en diciembre», apuntan las actas. Sin embargo, si los datos sugieren «una debilidad más persistente, que confirmara un proceso de desinflación más fuerte del esperado, el recorte de octubre indicaría un ajuste ágil de la política monetaria». Ante esta incertidumbre, el Consejo Gobernador del BCE «debería seguir absteniéndose de dar orientaciones sobre la velocidad y escala de la flexibilización monetaria en futuras reuniones», señala el documento.
Eso sí, en la reunión que tuvo lugar en la capital eslovena, hubo un amplio acuerdo de que la reducción de la inflación hasta su mandato del 2% a medio plazo «está encarrilada». El Consejo Gobernador del BCE también espera que las proyecciones de diciembre muestren «hasta qué punto afectará un menor crecimiento económico a la senda desinflacionaria» y si se materializa la recuperación del consumo de los hogares. Opta, igualmente, por «monitorizar cuidadosamente» los riesgos de que la inflación vuelva a repuntar.
Finalmente, los países de la moneda común decidieron que «era el momento apropiado para dar otro paso en la moderación de la política monetaria restrictiva», con un recorte de tipos del 0,25%. Aunque la cifra de la caída de los precios en septiembre por sí sola no era suficiente para tomar esta decisión, el Consejo Gobernador también vió signos positivos sobre crecimiento económico y varios indicadores del sector servicios y de la inflación doméstica. Con todo, apunta a que «es aún demasiado pronto para declarar la victoria en la lucha contra la inflación».
La institución sigue comprometida en cumplir su mandato de estabilidad de precios «sin dañar a la economía más de lo necesario». Unos pocos países expresaron inicialmente su intención de «esperar» a la reunión monetaria de diciembre para llevar a cabo nuevos recortes. Sin embargo, al analizar el informe de riesgos, decidieron respaldar la propuesta de reducir los tipos un 0,25%, que finalmente se aprobó por unanimidad. El Consejo Gobernador enfatizó en que no se compromete a seguir una senda concreta de bajadas y que mantendrá su política basada en los datos de la inflación, la tasa subyacente -aquella que excluye el precio de la energía y de los alimentos no elaborados- y en la transmisión de la política monetaria.
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