El BCE rebaja los tipos al 4,25%, tras nueve meses congelados

Tras evaluar la tendencia de los precios, la inflación subyacente -aquella que excluye la energía y de los alimentos no procesados- y la transmisión de la política monetaria, el BCE ha decidido que «ahora es apropiado moderar el grado de la política monetaria, tras nueve meses manteniendo los tipos de interés» en el 4,5%.

Desde septiembre de 2023, «la inflación ha caído más de un 2,5% y las previsiones han mejorado de forma marcada», sostiene la entidad. Durante estos meses, la política monetaria restrictiva ha contenido la demanda y la inflación «contribuyendo a reducir la inflación».

A pesar de la reducción de estos meses, el BCE destaca que «la presión de los precios domésticos se mantiene elevada», lo que puede provocar que la inflación se mantenga por encima de su mandato del 2% hasta el año que viene. La institución ha revisado al alza sus previsiones sobre la inflación para 2024 y 2025 respecto a marzo: ahora, el BCE calcula que los precios cerrarán este año en una tasa del 2,5% (un 0,2% más de lo esperado), antes de caer al 2,2% en 2025 y al 1,9% en 2026. La inflación subyacente también se mantendrá por encima de lo calculado, con una tasa del 2,8% en 2024 (un 0,2% más de lo que se esperaba en marzo) y se reducirá al 2,2% el año que viene y al 2% en 2026.

La presidenta del BCE, la francesa Christine Lagarde, ha descartado que la institución europea haya entrado en una fase de retirada de los tipos de interés. «Es posible, pero esta es una decisión que estamos tomando en función a nuestra confianza en que estamos en una fase desinflacionaria y necesitaremos datos que confirmen constantemente esta senda. El tiempo y la velocidad a la que rebajemos los tipso de interés dependerá de los datos a nuestro alcance», ha destacado.

La decisión dentro del Consejo Gobernador ha sido unánime y Lagarde ha destacado que este organismo de decisión «está absolutamente unido» en determinar que tomarán sus futuras decisiones «reunión a reunión», en función de los datos a su alcance. «Estamos determinados a devolver la inflación a nuestro mandato del 2% a medio plazo», ha subrayado.

Mientras, la economía europea seguirá sufriendo las consecuencias de mantener una política monetaria restrictiva. Pese a todo, el BCE ha mejorado las previsiones de actividad económica de este año en un 0,3% respecto a lo previsto en marzo, llegando finalmente al 0,9%. La institución también asegura que la UE logrará un crecimiento del 1,4% el año que viene y al 1,6% en 2026.

La decisión la adelantó a finales de mayo el vicepresidente de la institución europea, Luís de Guindos, quien avanzó que el BCE va a llevar a cabo «un enfoque prudente», con una rebaja de un cuarto de punto de los tipos de interés. En una entrevista con un diario austríaco, De Guindos admitió que la institución no ha decidido aún el número de recortes ni la velocidad con la que reducirá los tipos, algo que dependerá de los datos a su alcance, en un contexto marcado por la incertidumbre.

Ese mismo mes, la Comisión Europea advirtió de que la inflación será más persistente de lo previsto a principios de año y que cerrará 2024 en el 2,5%, antes de caer al 2,1% el año que viene.