Sede del Banco de Inglaterra, en Londres. Efe

El Banco de Inglaterra toma la delantera y financia directamente al Gobierno

La autoridad monetaria de Japón también ha puesto en marcha medidas de apoyo público hasta ahora relegadas

Domingo, 3 de mayo 2020, 00:20

La mayor heterodoxia monetaria de la última crisis ha venido de la mano del Banco de Inglaterra, que a principios de abril anunció que financiará directamente al Tesoro. En un comunicado conjunto de las dos instituciones, informaron de que, de manera temporal y sin limites, ... la autoridad monetaria podrá realizar préstamos al Gobierno sin que éste tenga que emitir bonos en el mercado. Se trata de una monetización del déficit, lo que es sensiblemente diferente de lo que hace el BCE, por ejemplo, que no financia directamente ni a los Estados ni a las empresas, sino que acude al mercado secundario a adquirir los bonos a un tercero o que acepta de los bancos títulos a cambio de financiación.

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El Banco de Inglaterra hace uso de una herramienta preexistente: una cuenta de la que es titular el Gobierno y que habitualmente está dotada de 420 millones de euros, aunque puntualmente, en 2008, se amplió hasta los 22.000 millones.

Tanto el Ejecutivo británico como la autoridad monetaria del país se han comprometido a dos cosas:a que la financiación siga efectuándose mayoritariamente apelando a los mercados y con la emisión de deuda pública; y a que el dinero que inyecte el Banco de Inglaterra se le ha de devolver antes de que finalice este 2020. Pero, mientras tanto, se reducirá la oferta de bonos británicos en el mercado, lo que favorece al Gobierno en términos costes de emisión.

Si el Banco de Inglaterra ha roto el tabú de la financiación directa del Estado, el de Japón también ha incurrido en prácticas que buscan cubrir las necesidades públicas. En su reunión ordinaria de política monetaria del lunes, eliminó los límites a la compra de deuda soberana:apoyará al Gobierno con todo el dinero que sea necesario en una situación económica que calificó de «gravedad creciente» a raíz de la pandemia.

Además, a diferencia del resto de principales bancos centrales del mundo, el de Japón no se limita a intervenir en el mercado de deuda; también lo hace en el de renta variable, con la compra, no de acciones directamente, sino de ETFs o fondos cotizados, que tienen como activo subyacente índices bursátiles. Hay cálculos que estiman que el Banco de Japón es dueño del 75% de los ETFs de los índices nipones.

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