Playa de Benidorm, este mes de junio. R. C.

El Banco de España constata el acelerón económico desde el verano

El supervisor eleva al 6,2% el crecimiento del PIB para este año y anticipa la vuelta al estado previo a la crisis para finales de 2022

Lunes, 14 de junio 2021, 14:05

Las nuevas proyecciones macrcoeconómicas del Banco de España han confirmado lo que todos los indicadores adelantados (consumo, compras con tarjetas, demanda de electricidad, producción industiral) venían plasmando en las últimas semanas: un «notable repunte de la actividad» en el segundo trimestre de este año, que ... ya está a punto de terminar. La economía pasará a crecer un 2,2% entre abril y junio, a la espera de que culmine este último mes. En cualquier caso, contrastará con la caída de principios de año.

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Y, como consecuencia de ello, la institución anticipa un impulso considerable durante el segundo semestre y una inercia que seguirá, algo más moderada, a lo largo del próximo ejercicio. Para finales de 2022, la economía española podría volver a estar como se encontraba antes de que llegara la pandemia, según sus estimaciones. Ese año será el de la salida de la crisis, anticipando unos meses a los primeros cálculos, que hablaban de esperar a 2023 el momento en el que la actividad pudiera recuperarse al 100% tras la pandemia.

El informe del supervisor explica que es una menor incidencia de la enfermedad, con el trasfondo del avance de la vacunación, y la ejecución de los proyectos bajo el paraguas de los fondos europeos del programa Next Generation EU (NGEU), las variables que darían lugar, bajo su escenario central (siempre plantea dos más, el adverso y el benigno), «a crecimientos elevados de la actividad en el segundo semestre» de este año, lo que también «tendría un impacto positivo elevado sobre el avance del PIB en el promedio de 2022». En 2023, la economía se relajaría. Aunque «el nivel de PIB previo a la crisis sanitaria se alcanzaría hacia finales del próximo año».

Con todos estos visos, el supervisor ha mejorado las expectativas que había planteado a finales de marzo, justo cuando finalizaba un primer trimestre nefasto para toda la economía por las consecuencias de la tercera ola del coronavirus y las numerosas restricciones a la actividad. El Banco de España anticipa que el PIB crecerá este año un 6,2% (según su escenario central) frente al 6% que estimaba en su anterior informe. Además, para 2022 la economía avanzará otro 5,8%, esto es, medio punto porcentual más que en sus cálculos previos. Y para 2023, ese impulso será del 1,8%, frente al 1,7% estimado en el informe de marzo.

Uno de los factores que más beneficiados saldrán de esa recuperación es el empleo. El Gobierno viene repitiendo que España ha logrado sortear la crisis sin caer hasta tasas de paro que puedan llegar al 25% de la población activa, como en otras recesiones. En esta ocasión, la economía finalizará este año con una tasa de desempleo del 15,6%, notablemente inferior a la anterior estimación que preveía un paro superior al 17% para este ejercicio. El próximo año caería hasta el 14,7% (frente a más del 15% previo) y en el siguiente, hasta el 13,7% (en comparación con el 14,1% calculado hasta ahora).

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Todas estas buenas expectativas también tendrían su reflejo en las cuentas públicas, mermadas por los programas de apoyo lanzados hasta ahora por las Administraciones. Así, el déficit pasaría del 11% actual hasta el 8,2% de este ejercicio, el 4,9% de 2022 y el 4,3% del año siguiente. En lo relativo a la deuda pública, bajaría al 120% este año (se encuentra ya por encima del 125%), al 118% en 2022 y prácticamente ahí se mantendría en 2023.

Pendientes del turismo británico

A pesar de todas estas buenas expectativas, el Banco de España también pone algunos 'peros' a sus propios cálculos, consciente de que la «incertidumbre» actual es muy grande, debido a la «heterogeneidad» en la recuperación por territorios y sectores afectados. Una de las alarmas se encuentra fijada en torno al turismo. El informe señala que de cara al verano, la intensidad y el calendario preciso del repunte de la actividad siguen dependiendo, «de modo crucial», de la evolución de la pandemia, del progreso en la campaña de vacunación y de la subsiguiente relajación de las medidas de contención.

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«En particular, la recuperación del turismo depende del levantamiento de las restricciones que todavía subsisten a la circulación de personas entre España y alguno de los principales países de origen de los flujos turísticos, actualmente en entredicho en el corto plazo, debido a la expansión de variantes más contagiosas del virus». Lo hace en clara referencia a las restricciones que aún pesan sobre los turistas británicos para poder viajar a España. El banco prevé que en el tercer trimestre de este año haya un 50% del turismo anterior a la covid-19, y que al año siguiente se alcance el 80% en el mismo trimestre.

En segundo lugar, un hipotético repunte de las insolvencias empresariales conduciría a una pérdida de empleos y, posiblemente, a un deterioro del capital de las instituciones financieras, lo que podría incidir desfavorablemente sobre su capacidad para la concesión de crédito.

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En sentido contrario, el escenario central contempla una reducción relativamente lenta de la tasa de ahorro desde los elevados niveles alcanzados en la crisis, pero cabe la posibilidad de que este proceso se desarrolle de forma más rápida e intensa, e incluso que los hogares gasten una proporción sustancial de las rentas ahorradas desde el inicio de las restricciones. En su escenario central espera que esta vaya bajando muy lentamente, en parte porque se ha concentrado en rentas altas que tienen menos propensión a gastarlo y porque el aumento de la deuda pública haga prever subidas de impuestos.

Sin miedo a la inflación

Uno de los temores sobre los que algunos analistas vienen advirtiendo en las últimas semanas es la inflación. Sin embargo, para el Banco de España no hay riesgos de afrontar una situación sostenida de subidas de precios continua como para que llegue a alarmar a la institución. Se debe «a factores transitorios», según explica el informe, donde anticipan que «previsiblemente revertirán» en 2022. Y, al mismo tiempo, señala que espera que se mantenga en niveles «moderados».

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El texto señala que la recuperación de la actividad provocaría «un cierto repunte de la inflación subyacente» (la que excluye la energía y los alimentos) hasta el 0,3% en 2021, al 1% en 2022 y al 1,1% en el promedio de 2023. En términos de la inflación general, esa tasa sería del 1,9% en 2021 y del 1,2% en 2022 y 2023.

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