El Banco de España anticipa un 2024 más débil pero con una inflación más controlada

El desplome del consumo privado es el principal factor que explica la ralentización económica, según el Banco de España, que indica que la caída de los precios del petróleo y la extensión de alguna de las medidas anticrisis debería estimular el crecimiento y, sin embargo, la desaceleración del consumo está lastrando la actividad económica. Sus previsiones apuntan a un crecimiento del consumo privado del 2,3% en 2024 y del 1,7% en 2025, menos de la mitad que el alza del 4,7% que experimentó la demanda en 2022.

Ahora bien, esta ralentización del consumo también tirará hacia debajo de la inflación. En el informe del organismo llama la atención el recorte de un punto completo de la previsión de IPC para el año que viene: hace solo tres meses calculó que el IPC se incrementaría un 4,3% en 2024, y ahora prevé el 3,3%. Ángel Gavilán, director de Economía y Estadística del Banco de España, explicó durante la presentación de las proyecciones que se explica fundamentalmente por dos factores, el desplome del precio de la energía -más intenso de lo previsto por los analistas- y la extensión de algunas subvenciones fiscales.

Es el caso del subsidio al transporte público, que el Gobierno ya ha anunciado que se prolongará durante todo el año 2024, y que explica el recorte de seis décimas en la previsión de inflación. Las otras cuatro décimas de diferencia se deben a la extensión de la rebaja del IVA de los alimentos hasta junio.

De hecho, en el Banco de España aseguraron que si la rebaja del IVA del gas y de la luz también se extendiera más allá del 31 de diciembre -algo que no parece muy probable, pero que aún no se ha confirmado por el Gobierno- la inflación podría recortarse un punto porcentual más en 2024, hasta el 2,3%. Eso sí, Gavilán hizo hincapié en que este impacto inmediato en los precios se devuelve en cuanto se revierten las medidas y por ello su previsión de inflación para 2025 ha aumentado dos décimas hasta el 2%.

Más allá, el organismo ha calculado que extender la rebaja del IVA de la luz y el gas tendría un impacto de dos décimas en el crecimiento del PIB, por lo que la previsión aumentaría del 1,6% al 1,8% para 2024. El coste para las arcas públicas de esta medida es de 3.000 millones al año, según los cálculos del Banco de España, por lo que el impacto en el déficit -aunque no se ha detallado- también sería relevante.

Nuestro país tendrá este año uno de los mayores crecimientos del PIB de la eurozona, aunque la ralentización de la economía europea ha impactado también en la actividad, sobre todo por la recesión que vive Alemania. Pese a ello, la economía ha aguantado este año mejor de lo previsto, pero a partir del que viene el crecimiento bajará del 2%. No solo en 2024, cuando el organismo prevé un avance de solo el 1,6%, sino que en 2025 habrá un repunte pero se quedará en el 1,9% y bajará al 1,7% en 2026, último año para el que el Banco de España estira sus predicciones.

Por tanto, se producirá un crecimiento económico en los próximos trimestres, pero «muy modesto y gradual», reconoce Gavilán. Las razones fundamentales son la mejora del contexto económico europeo, el despliegue del programa Next Generation, el aumento de las rentas reales, la recuperación de la confianza y el menor impacto del endurecimiento de la política monetaria de cara a 2025-2026, señala el director de Economía.

Gavilán destacó además que una pata muy importante del crecimiento de la economía es por el aumento de la población en España, ya que no ha habido mejoras significativas en la productividad. Y sobre este punto, el economista destacó que España está creciendo en población por el aumento de los flujos migratorios, ya que la población española está cayendo.