El Gobierno suizo cancela la retribución variable de la cúpula de Credit Suisse

Según el comunicado oficial, la retribución del equipo directivo (un escalón por debajo del consejo) bajará un 50%, mientras que el siguiente escalón se verá afectado con un recorte del 25% en su sueldo variable. En total, se verán afectados 1.000 empleados del banco a los que se dejará de abonar entre 50 y 60 millones de francos (50,57 y 60,68 millones de euros).

La medida podría extenderse incluso hasta que finalice la fusión. Una operación de enorme complejidad que podría demorarse entre tres y cuatro años, según explicó este miércoles el presidente de UBS, Colm Kelleher, durante una enrarecida junta de accionistas dedicada a explicar la operación.

El malestar entre los inversores de ambos bancos ha sido patente desde que el 19 de marzo se firmase el acuerdo. Así que Kelleher estaba obligado a lanzar un mensaje de calma. Reconoció que «se trata de un acuerdo histórico al que nunca quisimos llegar», un pacto que entraña «una gran cantidad de riesgos» de integración. Pero también defendió que la fusión «supone un nuevo comienzo y grandes oportunidades para los bancos y para Suiza como centro financiero».

A partir de ahora, el reto para la entidad pasará por ajustar al mínimo el negocio de banca de inversión para que no suponga más de un 25% de su actividad. Y aunque Kelleher indicó que «es demasiado pronto para especular con los despidos», se estima que la entidad tendrá que acometer un severo recorte de 36.000 empleos. De ahí que el Gobierno suizo sea tan tajante a la hora de acotar los sueldos de los directivos.

Después, habrá que ir definiendo la estrategia. De momento, se espera que la marca 'Credit Suisse' siga operativa durante un tiempo. Y se propondrá a la junta un incremento del 10% en el dividendo, hasta los 55 céntimos por acción. Eso sí, UBS suspenderá el programa de recompra de acciones (otra fórmula empleada por las empresas para remunerar a sus inversores) tras a la adquisición de Credit Suisse.

Aunque el acuerdo que se cerró el pasado 19 de marzo implica que UBS pagará 3.000 millones en acciones por Credit Suisse, la operación cuetna con millonarias garantías gubernamentales. Este mismo miércoles, la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero de Suiza (Finma) reconoció que en esa semana fatídica de mediados de marzo se llegaron a contemplar hasta tres escenarios alternativos a la fusión: una nacionalización temporal, una resolución y un plan de emergencia para la quiebra del banco.