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Manu Alvarez
Bilbao
Viernes, 5 de julio 2024, 11:50
BBVA ha recibido hoy un respaldo mayoritario de sus accionistas para continuar con la opa lanzada sobre el Banco Sabadell y que, previsiblemente, no se sustanciará hasta principios de 2025 después de superar otros trámites pendientes. Hoy, los accionistas de BBVA han aprobado realizar una ... ampliación de capital de hasta un máximo de 1.126 millones de acciones. Han renunciado también a su derecho preferente de suscripción, porque esos títulos serán los que se ofrezcan a los accionistas del Sabadell si se superan todos los trámites. La ampliación y con ello la opa sobre el Sabadell ha sido respaldado por el 96,54% del capital que ha participado en la junta.
En la junta extraordinaria convocada este viernes en Bilbao han participado -de forma presencial, telemática o a través de una delegación de voto- el 70,75% del capital social del banco. Un porcentaje muy elevado y similar, 71%, al de la última junta ordinaria que aprobó las cuentas de 2023. El voto secreto de los accionistas, sin embargo, mantiene oculta la posición concreta adoptada por algunos fondos de inversión que, como es el caso del norteamericano BlackRock, mantienen participaciones destacadas en ambos bancos. Pese a ello, las cifras de participación y apoyo a la operación suponen un espaldarazo a la gestión del equipo directivo del banco y en especial a su consejo de administración.
Carlos Torres, el presidente de BBVA ha defendido la operación no solo por las características positivas que presenta Sabadell y su complementariedad -la entidad de origen catalán tiene una cuota de mercado importante en pequeñas y medianas empresas-, sino también por las bondades de ganar escala en el mercado financiero. «Con la incorporación de Banco Sabadell al Grupo BBVA ganamos escala y diluimos los costes fijos entre una base de clientes más grande, un mayor volumen de negocio, ganando en eficiencia y pudiendo ofrecer a los clientes de ambas entidades mejores productos y servicios a precios más competitivos», ha indicado.
Desde la óptica de la cuenta de resultados, la fusión generaría unos costes de reestructuración de 1.450 millones de euros en decisiones que no ha detallado Torres. Se intuye que buena parte de esta cantidad estaría destinada a financiar un ajuste de plantilla y también a abonar las indemnizaciones por la interrupción de algunos contratos con proveedores y socios del Sabadell que sean incompatibles para BBVA. Pero este coste, ha defendido el presidente, estaría justificado porque la integración de ambos bancos permitiría obtener ahorros anuales valorados en 850 millones de euros, durante los tres primeros ejercicios tras la fusión.
«BBVA ha querido dar a los accionistas de Banco Sabadell el poder de elegir, lo que podrán hacer una vez que se abra el periodo de aceptación. Esperamos que aprecien el sentido estratégico de la operación y decidan participar con nosotros en este gran proyecto de futuro», ha señalado Torres, que no ha dudado en mostrarse convencido de que la oferta se saldará con éxito.
El de hoy ha sido el segundo paso formal en la carrera de BBVA por hacerse con el control del Sabadell. El primero fue la presentación de la opa ante la CNMV, el supervisor de la Bolsa española, el pasado 24 de mayo. La CNMV aún tardará algún tiempo en dictaminar su la propuesta reúne los requisitos para ser aceptada e iniciar con ello el periodo de aceptación por parte de los accionistas del Sabadell. Pero no es el único paso pendiente. Hay varios más y todos son trascendentes.
Entre los trámites pendientes, el que parece más sencillo y claramente a favor de la fusión es el del Banco Central Europeo, cuyo análisis siempre tiende a valorar la solvencia de la entidad financiera que nacería tras este 'matrimonio' bancario. Algo más complicado -aunque muchas fuentes apuntan a que no planteará grandes problemas- es la decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, CNMC, que debe analizar los cambios que se producirían en el reparto de cuotas de mercado del sector. No sería descartable que el organismo presidido por Cani Fernández apruebe la hipotética absorción de Sabadell por parte de BBVA con algunas condiciones. Desde el equipo directivo del banco vasco se apunta que estas cesiones están evaluadas y tendrían una escasa trascendencia.
El principal escollo está en el Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya ha dejado claro que el Ejecutivo se opone a la operación, en una posición que claramente está condicionada por razones políticas, no económicas. El gabinete de Pedro Sánchez se ha alineado así con las fuerzas políticas catalanas, que no han dudado en mostrar su oposición a la fusión al entender que sería una pérdida importante para Cataluña. El Banco Sabadell, a pesar de tener su sede en Alicante, tiene su cuartel general en Barcelona y la opa, entienden con toda lógica localista los representantes de Junts y ERC, supondría un desplazamiento del centro de decisión a Madrid.
Los representantes de la plantilla de BBVA han aprovechado la junta de accionistas para dejar su valoración sobre esta operación, también para hacer reclamaciones de estabilidad en el empleo y mejoras salariales, al tiempo que han evidenciado que no hay unanimidad a la hora de afrontar la hipotética fusión con Banco Sabadell. El presidente del banco ha garantizado «un proceso de diálogo para alcanzar el mejor acuerdo que sea posible» en torno al futuro de la plantilla de ambas entidades.
Así, el representante de la organización sindical ACB -un sindicato propio de la plantilla de BBVA- ha mostrado con claridad su respaldo a la fusión porque, ha señalado, «es una buena oportunidad para resolver los problemas de falta de personal», que también ha denunciado.
Mientras tanto, portavoces de los sindicatos CC OO, CGT y UGT, Confederación Intersindical Galega, han puesto el acento en reclamar estabilidad en el empleo y mejoras laborales, al tiempo que han rechazado cualquier medida traumática de ajuste de plantilla en el caso de que BBVA absorba al Sabadell. En el caso de que se ejecute una reducción en el número de trabajadores, todos los sindicatos han coincidido en reclamar medidas voluntarias. El sindicato gallego CIG, sin embargo, ha sido el único en anunciar que los votos delegados por sus afiliados que también son accionistas han sido de oposición a la ampliación de capital y por lo tanto a la opa.
La oferta de BBVA ha recibido un respaldo, cuando menos, curioso. Ha sido el del expresidente de la constructora Sacyr, Luis del Rivero, que ha mostrado apoyo, el voto a favor y ha recomendado que se apoye. Del Rivero, que intentó el asalto al control del banco con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, siempre ha mostrado una vertiente crítica con los gestores de BBVA y hoy no ha dejado pasar la ocasión. Así, Del Rivero ha señalado que le parece bien la opa pero se ha mostrado a favor de que el banco resultante lo gestione Josep Oliu, «el actual presidente del Sabadell». También ha mostrado su respaldo a la opa un representante de Adicae, la asociación de usuarios de la banca, quien ha argumentado que la fusión puede tener efectos positivos a los clientes de ambas entidades.
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