La presidenta del Santander, Ana Botín. R. C.

Santander admite la ralentización de los créditos por la situación económica

El beneficio de la entidad se sitúa en 3.732 millones tras dotar 2.448 millones como ya había anunciado

Miércoles, 30 de octubre 2019, 10:24

El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha reconocido que la actividad bancaria está notando los efectos de la desaceleración económica que se cierne sobre España desde hace varios meses en campos como el de los créditos. El ejecutivo ha admitido que ... existe una «paulatina desaceleración» y que la moderación se percibe en varios frentes, tanto en el comportamiento de los consumidores como en el de los empresarios.

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Álvarez ha indicado que todos los segmentos «se van ralentizando desde principios de año», aunque al mismo tiempo ha apuntado que los actuales umbrales no implican la destrucción de empleo. Uno de los segmentos que ha sufrido este «impacto», según ha indicado el 'número dos' del Santander, se encuentra en la petición de hipotecas, aunque ha indicado que tienen «alguna dificultad» para discernir cuál es el efecto que ha tenido la aplicación de la reforma hipotecaria de junio y la propia actividad inmobiliaria de clientes que retrasan sus decisiones de compra.

En cualquier caso, José Antonio Álvarez ha aclarado que la desaceleración de la economía se encuentra en consonancia con lo previsto a principios de año, aunque ha admitido que llega en un momento de bajos tipos de interés en la zona euro, que se mantendrán durante mucho tiempo. Por ello, ha pedido al futuro Gobierno que salga de las urnas una mayor «predictibilidad» y una «rebaja de la incertidumbre» para que los empresarios puedan tomar decisiones «en un entorno favorable».

El Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido de 3.732 millones de euros durante los primeros nueve meses de este año, tras provisionar 2.448 millones, principalmente por el ajuste del fondo de comercio de Reino Unido, anunciado el pasado 24 de septiembre (1.491 millones de euros), así como por una provisión adicional por los seguros de protección de pagos (PPI) en el Reino Unido (103 millones de euros) y otros cargos (40 millones de euros). En septiembre, la entidad presidida por Ana Botín ya había anunciado estos ajustes.

Esto, además de los cargos por valor de 814 millones anunciados en el primer semestre, principalmente por costes de reestructuración en España y Reino Unido, condujo a una caída interanual del beneficio atribuido durante los primeros nueve meses del 35%, según ha anunciado este miércoles la entidad.

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El consejero delegado ha anticipado que ante la evolución que tendrán los tipos de interés, y para mantener el nivel actual de generación de beneficio ordinario en el entorno de los 2.000 millones de euros al trimestre, el banco se encaminará hacia «un nuevo modelo de distribución y relación» con los clientes, mucho más digitalizado y tecnologizado, aunque no implicará un mayor cierre de oficinas, tras clausurar 1.200 sucursales durante este ejercicio.

Álvarez ha reconocido que «siempre se pueden reducir costes», tal y como les exige el mercado. Por ahora, Santander está «probando elementos que permitan ser más efectivos y eficientes en el trato con clientes», ha explicado el consejero. Y «si elloconlleva una diferencia en la presencia de oficinas, se hará, pero lo iremos probando en función de la respuesta de los clientes», ha explicado.

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En lo que el ejecutivo ha vuelto a insistir es en que no cobrarán a los clientes minoristas por los depósitos. Sí que lo vienen haciendo ya a los institucionales y corporativos, y se plantean hacerlo con las cuentas inactivas -sin movimientos- de los grandes clientes, aunque no ha especificado su nivel de patrimonio.

Excluidos los cargos extraordinarios, el beneficio del Santander fue de 6.180 millones de euros hasta septiembre, un 2% más que en el mismo periodo del 2018 (+3% en euros constantes, es decir, excluido el impacto de los tipos de cambio), impulsados por el crecimiento de clientes y de volúmenes de negocio.

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En el tercer trimestre estanco, la entidad obtuvo su mayor beneficio ordinario trimestral desde el segundo trimestre de 2010, de 2.135 millones de euros (+7% interanual), y un retorno sobre el capital tangible (RoTE) del 12,2%, «uno de los mayores entre sus comparables», según ha resaltado. Para los nueve primeros meses del año, el RoTE fue del 11,9%.

El beneficio atribuido del trimestre fue de 501 millones tras dotar 1.634 millones, principalmente por el ajuste del fondo de comercio de Reino Unido, anunciado en septiembre.

Santander confirmó ese mes que pagará un primer dividendo con cargo a los resultados de 2019 de 0,10 euros por acción a partir del próximo 1 de noviembre, en línea con el objetivo de dedicar al pago del dividendo un porcentaje del beneficio ordinario ('payout') de entre el 40% y el 50%.

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Santander confirmó ese mes que pagará un primer dividendo con cargo a los resultados de 2019 de 0,10 euros por acción a partir del próximo 1 de noviembre

«Hemos conseguido el mayor beneficio ordinario desde hace casi una década a pesar de un entorno difícil, manteniendo las buenas tendencias del primer semestre. Y lo hemos logrado gracias a la fortaleza de nuestro modelo y a la nueva organización regional que anunciamos en abril y que pone en valor la pertenencia al Grupo», ha resaltado la presidenta de Grupo Santander, Ana Botín.

«La diversificación en Europa y América es uno de los elementos que más nos diferencia de nuestros competidores y que nos ha permitido seguir generando crecimiento rentable y predecible, así como un dividendo sostenible a lo largo del ciclo», ha añadido Botín, quien ha subrayado que una organización «ágil liderada por un equipo de primer nivel» permitirá a la entidad sacar «el mayor partido a su presencia global y a su liderazgo en los países».

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En concreto, en Reino Unido el beneficio ordinario se situó en 828 millones de euros, un 19% menos, como consecuencia de la constante presión competitiva en los márgenes de las hipotecas, mientras que en España, se situó en 1.185 millones de euros, un 3% más, gracias sobre todo a la caída de los costes, que bajaron un 7% como consecuencia de las eficiencias generadas por la integración del Popular.

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