Malestar en la plantilla de la banca española. Tras ocho largos meses de negociaciones, patronal y sindicatos del sector volvían a verse las caras este martes para intentar sacar adelante el convenio colectivo que debía haber entrado en vigor a principios de este año. El ... encuentro (el número 15 entre las partes) se ha cerrado sin acuerdo en un momento en el que la opa de BBVA sobre Sabadell está siendo un elemento más de tensión en las conversaciones.
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Los representantes de los trabajadores reconocen que el proceso «obliga a cerrar» cuanto antes el convenio, ante la perspectiva de que, con una entidad menos en el futuro, la fuerza negociadora recaiga en un menor número de gigantes de la Asociación Española de Banca (AEB).
Pero no aceptan presiones en este sentido. «No queremos que la firma del convenio se dilate en el tiempo, pero tampoco que se firme a costa de unas condiciones económicas alejadas de los otros acuerdos en el sector», explican en referencia al pacto alcanzado hace semanas por las entidades de ahorro, que este mes comenzarán a recibir los ajustes salariales pactados con efecto retroactivo desde enero.
En el caso de los bancos, la última oferta de la patronal implica un alza del 11% en tres años. Pero la lucha de los sindicatos se centra ahora la garantía salarial, para que toda la plantilla pueda cobrar al menos el 75% de la subida pactada durante los tres años de vigencia del convenio (2024-2026), frente a la propuesta de la AEB que solo garantiza un 65% durante el primer año. «La patronal sigue sin querer entender que las entidades asociadas a la AEB son las que mayores beneficios han obtenido y están obteniendo, y son las que menos valoran a su plantilla con la propuesta planteadas», denuncian desde UGT.
«Nos dicen que el sector está muy ajustado económicamente, que la oferta que nos hacen es inmejorable... una estrategia de desgaste que parece que desde las empresas nos abocan al conflicto», advierten los sindicatos, emplazados a una nueva reunión el próximo 10 de julio.
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En medio de las discrepancias, los representantes de los trabajadores llevan tiempo apuntando a que el proceso de opa «ha enrarecido» las negociaciones por la inquietud ante el futuro laboral de las plantillas y por la mayor presión comercial que denuncian recibir los empleados en las sucursales.
Así que a la ausencia del convenio hay que sumar ese descontento por las propias dinámicas de cada banco, donde se intenta cerrar el trimestre con la mejor foto posible en términos de ventas y captación de clientes. Una batalla recrudecida con muchas entidades intentando 'pescar' en el río revuelto que el proceso de opa deje por el camino.
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Desde UGT denuncian que, en el caso de BBVA, se ha impuesto «un aumento desproporcionado de los objetivos durante el cuatrimestre en el que la totalidad de la plantilla disfruta del grueso de sus vacaciones». Objetivos, a su juicio, «imposibles de cumplir» y que irían en contra de parte de la retribución variable de los empleados que depende de esa actividad comercial.
Fuentes de la entidad indican que esos objetivos trimestrales en los distintos segmentos son una dinámica habitual en el sector, variando en cada trimestre dependiendo del momento. Y aluden a una «absoluta normalidad» en este sentido.
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