El interés de las hipotecas sigue en mínimos del 1,9% a pesar del auge de los tipos fijos

Esta cifra es una de las más bajas de los últimos años, y se registra como consecuencia de que el euríbor sigue situándose en negativo mes tras mes. En noviembre, el indicador interbancario cerró en el -0,189%, lo que provoca que los recibos mensuales que abonan los hipotecados siguen situándose en niveles bajos, al beneficiarse del estado de ese indicador en negativo. De hecho, como la mayor parte de las hipotecas variables siguen referenciadas al euríbor, el efecto estadístico que provoca sus registros en negativo se hace notar en el coste de las hipotecas, que apenas soportan en estos meses el pago de intereses al banco.

La caída del coste medio hipotecario, en el que se incluyen el interés de referencia, los diferenciales que aplica el banco, así como otros costes asociados a la hipoteca, se produce en un momento en el que, al mismo tiempo, se registra un auge de los préstamos a tipo fijo. En concreto, según el INE, en noviembre, el 34,5% de las hipotecas que se firmaron en ese mes fueron de esta modalidad, con la que el cliente se compromete a pagar un interés más elevado a cambio de asegurarse una cuota durante muchos años sin tener que estar pendiente de la evolución de los mercados bancarios.

Hasta hace poco más de un año, las hipotecas a tipo fijo que se firmaban apenas representaban un 10% del total, frente al 90% que suponían las variables. Pero con el paso de los meses esa tendencia ha cambiado a favor de los préstamos con intereses invariables. De hecho, de cara al futuro todas las estimaciones anticipan que las hipotecas a tipo fijo seguirán creciendo y menguando la cuota que hasta ahora representaban las de tipo variable. Y lo harán porque las entidades financieras están llevando a cabo una política de comercialización de hipotecas a tipo fijo con ofertas atractivas que sitúan sus interés medio en el 3,3% hasta noviembre, frente al 2,4% de las variables.

La diferencia entre ambas modalidades es de un punto básico (casi un 1%), una distancia que pocas veces se había observado en el mercado bancario, con unas diferencias mucho más abultadas entre una y otra tipología de créditos inmobiliarios. La ventaja con la que ahora cuentan las hipotecas fijas es que, además de su interés atractivo, permiten asegurarse una cuota a cinco, diez o 15 años vista, al contrario que las variables, cuya evolución depende anual o semestralmente de la evolución del euríbor. Precisamente la situación por la que atraviesa el indicador interbancario es su pricipal atractivo, ya que se encuentra en negativo y puede seguir así, o en cotas muy bajas durante varios años, aunque la vida de una hipoteca -entre 20 y 30 años- puede determinar cambios muy drásticos e impredecibles.