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Con la última subida del interés al 2,5% anunciada este jueves por el Banco Central Europeo (BCE), los ciudadanos han constatado que la preocupación por las hipotecas se mantendrá tensa aún durante mucho tiempo. Hipotecas y préstamos más caros; depósitos casi sin remunerar; y ... hasta deuda del Estado más elevada son las grandes consecuencias de la medida recién aprobada.
La cuota de las hipotecas sigue creciendo a medida que toca renovar estos préstamos. El alza ya ha sido palpable en una parte de los préstamos para vivienda, los que han tenido que ser renovados en las últimas semanas. Esos créditos ya han incorporado la subida del euríbor, que ha sido el paso previo a la decisión del BCE. El indicador hipotecario con el que se calculan la mayor parte de las hipotecas a tipo variable en España ha pasado de estar en el -0,5% a principios de año a situarse este jueves en el 2,85%. Esta evolución provocará que la cuota mensual de una hipoteca media (145.000 euros a 24 años con un diferencial de un punto sobre el euríbor) pase de unos 535 euros hasta los 770 euros en la próxima revisión. Al año supondrá un gasto extraordinario por familia de 2.800 euros, unos 230 euros por mes.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que ese ejemplo es un caso extremo y que que la subida del euríbor será desigual, en función de cuando se firmara la hipoteca. En la mayor parte de los casos, la subida no alcanzará esas cotas superiores a los 200 euros al mes. Para una hipoteca constituida en 2005, la cuota se incrementará en 80 euros al mes; para ese mismo crédito pero de 2012, supondrá 140 euros; y para una de 2019, más de 200 euros. En el caso de quienes estén hipotecados con un tipo fijo, se libran de cualquier cambio: seguirán pagando la misma cuota pactada.
Con estas cifras sobre la mesa, buena parte de las familias se encuentran pendientes de las medidas de alivio pactadas entre Gobierno y banca en un protocolo que este jueves preciasmente tiene previsto validar el Congreso. Estas ayudas no serán neutrales, esto es, tendrán un coste a medio y largo plazo. En el caso del aplazamiento de la deuda hasta 7 años, pueden hacer encarecer el préstamo hasta en 16.000 euros, en una hipoteca media de 100.000 a 25 años, con un euríbor más un punto porcentual. La organización Asufin considera más positiva la carencia «bonificada» para las familias más vulnerables, porque su coste/beneficio es adecuado. La carencia a euríbor -0,1%, incluida en las medidas, representa un alivio importante durante cinco años, al hacer descender la cuota de 508 euros a 211 euros, y supone un coste final adicional, en términos de tipo de interés de algo más de 1.200 euros.
Quienes tiren de crédito en las compras que tengan previstas para esta próxima Navidad pagarán bastante más por esa financiación que cuando lo hicieron el año pasado por estas fechas. Entonces, a finales de 2021, el tipo medio de los préstamos personales se encontraba en el mínimo histórico del 5,6%. Ahora, esa misma entidad financiera le cobrará un interés medio que ya roza el 7,3% (concretamente un 7,29% con el dato de agosto publicado por el Banco de España, el último disponible). Así, operaciones habituales como la adquisición de un vehículo nuevo, mobiliario para el hogar, electrodomésticos o viajes, entre otras compras, saldrán más caras.
Quienes hayan ahorrado dinero en sus cuentas han visto cómo sus bancos apenas les han ingresado dinero por la rentabilidad de estos productos. De hecho, las comisiones han provocado que en muchos casos esa rentabilidad haya sido negativa. Hasta el pasado mes de octubre, la remuneración media de los depósitos en España se situó en el 0,34%, frente al 0,02% que venía arrastrando durante los dos últimos años. Es un alza mínima, aunque va creciendo, en comparación con el ascenso que ya han sufrido los créditos, aunque el dato sí incluye las ofertas que están lanzando algunas entidades para remunerar mejor sus productos de ahorro y, sobre todo, atraer nuevos clientes.
La decisión del BCE también implica que el Estado tendrá que destinar más dinero a financiar la deuda pública que emita para sostener la economía española. En las últimas subastas, el Tesoro ya ha tenido que pagar más intereses por las emisiones de deuda, ante la presión de los inversores. El coste del bono español a 10 años se encuentra ya en el 2,9%. Hace apenas tres meses, se situaba por debajo del 1,5%. Para este año, el Estado gastará más de 30.000 millones de euros en intereses, una cifra que previsiblemente y con esta nueva subida de tipos, se incrementará de cara a 2023.
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