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A partir de este martes 11 de junio, el Banco de España funcionará en modo interino después de que el hasta ahora gobernador de la institución, Pablo Hernández de Cos, haya culminado su mandato sin que el Gobierno haya propuesto quién le sucederá en el ... cargo, como marca la normativa. De Cos ya se ha despedido no solo de sus equipos al frente del supervisor financiero, sino también del conjunto de la ciudadanía, con una publicación en la página web en la que admite que estos seis últimos años han supuesto un periodo «particularmente complicado» dentro de la ya de por sí «compleja» labor que realiza esta intitución.
Sin embargo, De Cos se irá sin conocer quién le sustituirá al frente del Banco de España durante los próximos seis años, el periodo legal indicado para este cargo con el que se pretende evitar la coincidencia con las legislaturas políticas. El cargo depende del Gobierno, que tiene la capacidad de designar al nuevo gobernador o gobernadora.
La interinidad se instala en la institución al menos durante los tres próximos meses. Es el plazo en el que la hasta ahora subgobernadora, Margarita Delgado, sucederá en el cargo de forma temporal. Ese es el escenario que gana fuerza en los pasillos de la Presidencia del Gobierno y del Ministerio de Economía. Es decir, el de dejar pasar unas semanas hasta que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, decida a quién sitúa al frente de la institución que juega un papel clave en la economía y, ahora más que nunca, ante un sector bancario condicionado por el futuro de la opa de BBVAsobre Sabadell.
Se trata de restar «ansiedad» al actual momento, según indican fuentes conocedoras del proceso a este diario. Ya ha habido alguna señal de contacto inicial entre el Ejecutivo y el partido liderado por Alberto Núñez Feijóo, pero en ningún caso una conversación oficial. El Gobierno cuenta con que hay margen para que la subgobernadora siga en el cargo y sustituya en sus funciones a De Cos, con total normalidad.
La tradición dice que al gobernador del Banco de España lo designa el presidente del Gobierno, a quien le corresponde hacerlo por ley, y el partido de la oposición –en este caso, el PP– propone al número dos. Un reparto de papeles que se ha cumplido milimétricamente, pero sobre el que en esta ocasión se han cruzado las elecciones europeas del 9 de junio. Con la resaca de los resultados, el tiempo lo dirá. Pero previsiblemente no será a corto plazo.
El propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha afirmado estos últimos días que el Gobierno cuenta con «tiempo» para plantear la sucesión del gobernador «de manera suave». La fecha del 11 de junio, que es cuando termina el mandato de Hernández de Cos, no es límite para elegir a su sucesor, ya que los propios estatutos del organismo reconocen la posibilidad de que la subgobernadora (en septiembre)actúe en funciones. «Esto es lo que a nosotros nos da tranquilidad en cuanto a que tenemos tiempo para hacer esa sucesión de manera suave», ha reiterado el ministro.
En su despedida, plasmada a través de una reflexión personal en el blog del Banco de España, el gobernador ha recordado que su mandato ha estado «plagado de sobresaltos», y ha explicado «cómo los hemos afrontado como institución». De Cos ha puntualizado que la prioridad del supervisor financiero es cumplir con los «objetivos básicos» que tienen encomendados: estabilidad de precios, estabilidad financiera y formular mejores políticas económicas.
En ese contexto, Hernández de Cos ha tenido que lidiar con «una sucesión de graves acontecimientos» como la pandemia de 2020, que paralizó toda la actividad del país; la crisis de la inflación posterior como consecuencia de la intervención rusa en Ucrania; el conato de crisis bancaria en EE UU y Suiza, en marzo de 2022; y más recientemente los riesgos geopolíticos asociados al conflicto en Oriente Medio.
De Cos considera que en estos años «hemos contribuido a aumentar la presencia, impacto e influencia externa del Banco de España en sus diferentes ámbitos de actuación, así como a alcanzar mejoras significativas en la flexibilidad, agilidad y eficiencia de la organización interna del trabajo». Y, de cara al futuro, indica que «la flexibilidad y capacidad de adaptación van a seguir siendo esenciales». Apunta que «será necesario seguir avanzando en estas dimensiones» porque «es el modo de garantizar una respuesta transversal, integral y ágil a los múltiples retos a los que el Banco de España se enfrentará en los próximos años». Mensajes todos que deja encima de la mesa de su despacho en la plaza de Cibeles de Madrid para quien asuma ese cargo previsiblemente después del verano.
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