El Gobierno en funciones vuelve a apretar a la banca para exigir mayor agilidad en la aplicación de las ayudas hipotecarias pactadas en el nuevo código de buenas prácticas del sector. Durante su participación en un foro financiero organizado por Deloitte y ABC, el secretario ... de estado de Economía, Gonzalo García Andrés, reclamó a las entidades «extremar la diligencia» en la concesión de estas ayudas y «el tratamiento de estas operaciones». «Es fundamental que se apliquen bien y que los potenciales beneficiarios puedan acceder», indicó durante su intervención.
Publicidad
Según los datos que maneja el Banco de España, el sector ha recibido unas 42.000 solicitudes de adhesión a estas ayudas destinadas a los hipotecados a tipo variable. Pero un 50% de ellas aún no se han tramitado. Y un 40% han sido rechazadas, con lo que muy pocas, apenas un 10%, han recibido el visto bueno de las entidades.
En el encuentro también participó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, quien aseguró que «lo más importante es que el número de solicitudes es significativo, pero quizá no tan elevado, porque la economía se ha mostrado más resiliente de lo que podíamos pensar». «Pensmos que el código está funcionando adecuadamente y esperamos que así siga porque eso quiere decir que los hogares no necesitan recurrir a él», insistió.
Con este telón de fondo, la vicepresidenta Nadia Calviño ya anunció que, una vez se forme el nuevo Gobierno, se convocará al sector para exigir mayor agilidad en la aplicación del código. Desde la banca defienden, no obstante, que la resistencia del mercado laboral y las negociaciones fuera de este programa -con los clientes pactando amortizaciones o cambios de tipos variables a fijos con sus entidades- han provocado que el plan del Ejecutivo no esté teniendo tanto éxito a la hora de aliviar la carga hipotecaria de las familias como cabría esperar.
La presión desde el Ejecutivo es absoluta, en un momento en el que el malestar entre los principales banqueros del país es más que evidente ante la previsible prórroga del impuesto que grava los beneficios extraordinarios del sector, en principio temporal. «El sector ya paga muchos impuestos, y no parece que el actual sea el momento, en un entorno de incertidumbre económica, donde el coste de riesgo de crédito puede empezar a aumentar», expresó en el mismo encuentro Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB).
Publicidad
Los bancos cuentan, además, con el respaldo del Banco de España. En la clausura del encuentro financiero, el gobernador Pablo Hernández de Cos advirtió que «el diseño del impuesto, en el caso español, es claramente mejorable». Y alerta de que sería deseable que «esa parte de los beneficios se retuviera en el capital de los bancos y aumentara la resiliencia del sector» en el actual momento de incertidumbre económica. «Aunque la rentabilidad está siendo elevada, hay una parte de esa mejora que no va a ser permanente», indicó Cos.
También se pronunció al respecto José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), recordando que aunque hay otros países en los que se aplican gravámenes similares, en los mismos la cartera de crédito está más inclinada hacia los préstamos a tipo variable. «El impuesto es malo para el sector», aseguró.
Publicidad
A su juicio, los actuales beneficios récord -los principales bancos ganaron entre enero a septiembre cerca de 20.000 millones de euros- no implican que el mercado considere que se trate de un negocio rentable, tal y como evidencian las actuales cotizaciones del sector, la mayoría por debajo de su valor en libros. «Nos enfrentamos a una paradoja en la que la sociedad cree que la banca es muy rentable, pero los inversores no», resumió.
Frente a este argumento, en Economía insisten en la necesidad de que las empresas contribuyan al sostenimiento de las rentas familiares. «Tras ver los resultados de bancos y energéticas, me extraña que sigamos en este debate», indicó el secretario de estado de economía ante el foro, repleto de directivos financieros.
Publicidad
El malestar es absoluto en el sector. Sobre todo ante la incertidumbre que genera un Gobierno en funciones. Por eso, de cara a una posible investidura -que en los últimos días se ha complicado- los bancos piden «una interlocución franca, cercana y transparente, para poder decir lo que nos gusta y lo que no». Desde la AEB, Kindelán exigió «poner el foco en la competitividad de nuestro país», haciendo hincapié en la necesidad de «acabar con el señalamiento a determinados sectores«.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.