El Banco de España insta a retirar las trabas para las fusiones entre entidades

Esta situación se explica parcialmente por la sobrecapacidad del sector, pero también por las barreras que representan a una mayor integración las distintas prácticas supervisoras a nivel nacional. «Sería el momento de pedir la finalización de estas prácticas que van en detrimento de la integración financiera y limitan la ambición de la Unión bancaria como una jurisdicción única», señaló.

En este sentido, la banquera consideró que aún persisten ciertos «obstáculos culturales, institucionales y regulatorios» que dificultan el surgimiento de un verdadero mercado bancario europeo.

En su opinión, la resistencia a retirar dichos obstáculos implica en gran medida conservar estructuras 'separadoras' ('ring fencing') a nivel nacional, limitando o incluso impidiendo el flujo libre transfronterizo de capitales o liquidez. «Hasta el momento, la integración institucional de la Unión Bancaria no ha venido acompañado de una mayor actividad transfronteriza en el sector bancario. La ausencia de fusiones es vista por muchos como una evidencia de que aún tenemos un largo camino por delante en términos de integración y diversificación», consideró.

No obstante, la subgobernadora del Banco de España destacó que las potenciales fusiones no representan un objetivo por sí mismas y deben contar con sentido económico, algo que resulta difícil por la complejidad de lograr mejoras en la eficiencia vía reducción de costes mediante fusiones.

Por su parte, el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, quiso aprovechar su primera visita oficial a España para lanzar una advertencia a todo el sector: las entidades deben ser más cuidadosas con la comercialización de hipotecas fijas a largos plazos porque «no entiende» cómo pueden ser rentables algunas a 20 años «con muy bajos tipos de interés» que se están dando en algunos países europeos, como España.

En la mesa redonda organizada por el supervisor, Enria defendió que, a pesar de que los tipos bajos presionan a la baja la rentabilidad de las entidades, también generan un mejor clima para que los prestatarios devuelvan los créditos. «Es una ventana para el saneamiento de los balances de las entidades que no se podría plantear con otro escenario», dijo.