El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha iniciado este martes una ronda de encuentros con los ejecutivos de la banca española, tal y como vienen haciendo los titulares de este departamento cuando asumen el cargo. Aunque las reuniones se enmarcan dentro de la «normalidad», la ... realidad es que vienen condicionadas por las complejas relaciones que ha tenido la banca con el Ejecutivo en los últimos meses. Más aún después de que el Gobierno anunciara la prórroga del impuesto extraordinario a las entidades financieras por la subida de los tipos de interés en la zona euro.
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En ese contexto, Carlos Cuerpo ha mantenido sendos encuentros -por separado- con el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri; con el de BBVA, Carlos Torres; así como el presidente de Kutxabank, Antón Arriola. Este miércoles continuará con el presidente de Sabadell, Josep Oliu; el presidente de KPMG, Juan José Cano; y el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga.
Para el Ministerio de Economía, estos encuentros se enfocan «con ánimo de escucha y compromiso de diálogo» a fin de abordar con el sector diferentes cuestiones a lo largo de esta legislatura. Así, por ejemplo, están sobre la mesa cuestiones como la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero o la segunda fase del Plan de Recuperación, con los 12 fondos que vehicularán los préstamos en los que las entidades citadas juegan un papel importante para que éstos lleguen a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas (pymes).
Fuentes del sector financiero apuntan a este diario la necesidad de «calmar las aguas» en unas relaciones que mantienen la tensión tras la salida de Nadia Calviño del Gobierno. La «sintonía» de las entidades con Cuerpo es constante, indican, al tratarse de un perfil conocido por la banca por las múltiples negociaciones desarrolladas en la pasada legislatura.
Precisamente el sector afronta estos encuentros a punto de comenzar a presentar su resultados anuales durante la próxima semana. Durante el ejercicio contable de 2022, el conjunto de grandes entidades financieras españolas acumuló un beneficio conjunto superior a los 20.000 millones de euros en plena subida de tipos interés en la zona euro.
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