El BCE carga contra el nuevo impuesto a la banca del Gobierno

El organismo emite un informe en el que advierte que el gravamen erosiona la rentabilidad del sector y puede poner en riesgo el crédito

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 18:10

El Banco Central Europeo (BCE) carga duramente contra el nuevo impuesto a la banca impulsado por el Gobierno. En un dictamen firmado por la presidenta del organismo, Christine Lagarde, la institución advierte que el nuevo diseño del gravamen puede poner en peligro la rentabilidad y ... la solvencia de los bancos y, por tanto, perjudicar el crédito.

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Es una denuncia que en el sector han mantenido desde que se conoció la nueva fórmula con la que el Ejecutivo buscó extender el impuesto, en principio temporal, que se aprobó en 2022. Por aquel entonces, el BCE ya se pronunció en contra, aunque el Gobierno decidió obviar su recomendación y es previsible que ahora haga lo mismo, incluso teniendo en cuenta que el dictamen conocido este miércoles ha sido refrendado por todo el consejo de gobierno, donde el Banco de España tiene un sillón ocupado por el exministro José Luis Escrivá.

La oposición frontal del BCE se extiende a cualquier país de la zona euro con mediads similares. «Debe velarse por que las medidas que se adopten no obstaculicen la capacidad de las entidades de crédito para mantener bases de capital sólidas y provisiones adecuadas para los deterioros de valor y, en última instancia, por que transmitan las decisiones de política monetaria a las empresas y a los hogares», advierte la institución monetaria.

En este sentido, el BCE pide al Ejecutivo ser extremadamente cuiodadoso en el diseño del impuesto, indicando que pese a las deducciones planteadas, la base sobre la que se calcula no tiene en cuenta todo el ciclo económico y no incluye factores como los gastos operativos o el coste del riesgo de crédito. «Por consiguiente, el importe del impuesto puede no ser plenamente proporcional a la rentabilidad de una entidad de crédito y a su capacidad de generación de capital», indica el documento.

La institución se opone frontalmente a la aplicación general del gravamen, alertando de que los bancos con menores niveles de solvencia corren el riesgo de perder capacidad «para absorber los posibles riesgos a la baja derivados de una desaceleración económica». Algo que se verá agravado, a su juicio, por el carácter progresivo del tipo impositivo aplicable a medida que aumenta la base liquidable.

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«Esto podría dar lugar a una situación en la que determinadas entidades de crédito con menor rentabilidad neta (o incluso con pérdidas tras la deducción de las pérdidas crediticias) acaben pagando un impuesto a un tipo efectivo más elevado», indica, recordando que la hipótesis sobre la que se basa esta fórmula -que los bancos con una base liquidable mayor tienen beneficios netos superiores- «no siempre es el caso».

Con este telón de fondo, el organismo recomienda analizar escrupulosamente «los efectos contables del impuesto a fin de evitar consecuencias no deseadas para la solvencia y la posición competitiva de las entidades de crédito», alertando de que también puede provocar la fragmentación del sistema financiero europeo «y menoscabar la igualdad de condiciones en la unión bancaria».

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