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BBVA y Banco Sabadell protagonizarán otra de las posibles fusiones del sector financiero en las que se ha adentrado toda la banca tras el verano, impulsado por la crisis del coronavirus. Ambos grupos han contratado a firmas de inversión para que les asesoren en un ... proceso con el que «explorarán» las posibilidades de una integración entre el segundo y el quinto banco por volumen de negocio en España. De su enlace surgiría, si llegase a buen puerto, la segunda entidad española por volumen de activos gestionados, casi 600.000 millones de euros en el mercado nacional, sin contar con los millones de activos de sus negocios en otros países.
La cotización de ambas compañías en la Bolsa ya venía alentando una posible negociación que, aunque oficialmente no ha sido comunicada, fuentes financieras ya daban por descontada a falta del correspondiente hecho relevante ante la CNMV. De hecho, los títulos de BBVA han cerrado la sesión de este lunes con un repunte cercano al 16%. En el caso de las acciones del Sabadell, se han disparado casi un 25%. La cotización, completamente desbordada, ha anticipado lo que ya era casi un secreto a voces a última hora de la tarde.
Tras el cierre del mercado, BBVA ha confirmado en una comunicación al regulador bursátil el «mantenimiento de conversaciones con representantes de Banco de Sabadell» en relación con una «potencial operación de fusión entre ambas entidades, habiéndose iniciado un proceso de revisión (due diligence) recíproco en términos habituales en este tipo de operaciones y designado asesores externos».
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A partir de ahora, el futuro de ambas entidades pasará por las conversaciones, que podrían prolongarse durante varios meses. Hasta ahora, BBVA no había descartado una operación de este tipo, pero tampoco se había entusiasmado. Caso distinto es el del Sabadell, que ya había intentado en 2019 integrarse con Bankia, aunque finalmente las conversaciones no consolidaron la transacción.
Ambas entidades configurarían un banco de enorme magnitud con importante presencia en España, pero también en México, Reino Unido o Turquía, entre otros territorios. En el caso de España, Sabadell tiene una fuerte presencia en todo el arco mediterráneo, desde Cataluña hasta la Comunidad Valenciana y Madrid. Por su parte, BBVA cuenta con una implantación mucho más heterogénea por todas las comunidades autónomas.
Las autoridades bancarias, sus directivos y el propio mercado querían que el futuro del Banco Sabadell no fuera autónomo. Que se casara. Hasta ahora no lo han conseguido, a la espera del resultado de las negociaciones para integrarse en BBVA. La entidad presidida por Josep Oliu lo intentó con Bankia, pero tampoco lo logró.
La presión ha sido constante sobre la entidad de origen catalana en los últimos años: sus acciones se han desplomado en los dos últimos años. Un periodo en el que ha llegado a acumular unas pérdidas bursátiles superiores al 80%. En las últimas sesiones apenas cotizaba en los 0,26 euros por título.
Uno de los hándicap del Sabadell tiene origen británico: la adquisición de TSB le ha proporcionado varios disgustos en los últimos ejercicios. El más sonado, un fallo informático que le llevó a protagonizar uno de los momentos más tensos de su reciente historia, por el que ha realizado desembolsos millonarios.
Sin embargo, todos los ejecutivos bancarios conocen al dedillo el tesoro que esconde Sabadell: su histórica especialización en el segmento de empresas, sobre todo de las pymes. Una cartera de negocios de la que no todos los bancos pueden presumir. Su implantación en este colectivo de clientes es uno de los atractivos por los que el resto del sector intentaba hacerse con la entidad a la que le espera una nueva transformación si se integra en la estructura de BBVA.
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