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El encarecimiento de las cuotas hipotecarias al calor de la subida del euríbor ha desatado en los últimos meses un auténtico aluvión de clientes que acuden a su oficina bancaria con el objetivo de lograr mejores condiciones para sus actuales préstamos. O, al menos, que ... estas no empeoren demasiado. La demanda de este tipo de operaciones -que pueden variar entre cambios en los plazos de devolución, en el tipo de interés o incluso en la modalidad de hipoteca- ha crecido de forma exponencial desde finales del pasado año, cuando los bancos comenzaron a trasladar con mayor intensidad el repunte de tipos a las cuotas de sus clientes a tipo variable.
En concreto, y según datos del Banco de España, las renegociaciones de hipotecas han pasado de apenas 289 millones de euros en diciembre a 419 millones en junio. La cifra es además un 24,5% superior a los 126 millones de junio de 2022.
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La situación se refleja con mayor contundencia en el acumulado de los seis primeros meses del año. En total, se han firmado 2.192 millones de euros en renegociaciones, más que doblando las 719 pactadas en el mismo periodo del año anterior. Y todo sin contar con aquellas llevadas a cabo bajo el nuevo código de buenas prácticas pactado entre el sector financiero y el Gobierno para ayudar a los hipotecados en apuros por la mencionada subida del euríbor, que ha pasado de cotizar en negativo a situarse por encima del 4% en apenas un año. Según fuentes financieras, desde la entrada en vigor de la medida a principios de año se han producido 33.000 solicitudes de adhesión a este nuevo código, aunque tan solo se han acordado unas 10.000. Es decir, las operaciones se siguen cerrando, pero obviando el plan pactado. Se negocia de forma directa, de 'tú a tú', entre afectados y bancos.
Con esta ola de clientes buscando mejorar sus condiciones sorprende que el sector haya decidido duplicar el precio que cobra por cada renegociación. En concreto, la banca aplicó un interés medio del 4,06% en junio por esta operativa. Nunca antes en toda la serie histórica se había superado el nivel del 4%, lejos ya del 2,795% que se aplicaba a finales de 2022. En junio de aquel año, se cobraba un 1,958%.
Hay que tener en cuenta que el supervisor utiliza para esta estadística el tipo de interés medio TEDR, que no incluye las comisiones ni las primas por seguros de amortización. Bajo esa misma métrica, el interés medio de los nuevos préstamos para vivienda escaló al 3,75% en julio, frente al 1,697% de hace un año. Es decir, hoy es 31 puntos básicos más caro enfrentarse a una renegociación que contratar una nueva hipoteca. Una brecha que se viene repitiendo desde el pasado abril y que se ha ampliado bastante este año. En concreto, a finales de 2022 el coste de los nuevos préstamos era del 2,91%, frente al 2,79% de las renegociaciones.
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«Estamos presenciando un aumento de personas que históricamente no habían tenido problemas en pagar su cuota que acuden a renegociarla, reflejo claro de la pérdida de poder adquisitivo generalizada entre las familias españolas», explica Ricardo Gulias desde la empresa especializada en intermediación hipotecaria RN Tu Solución Hipotecaria. «Nadie pregunta por acortar plazos, sino que buscan una mejora en el tipo de interés para reducir su cuota mensual».
Es el caso de J. A. y M. C., una pareja de hipotecados que no deberían presentar problemas ni sospechas de riesgo de impago en ningún banco -los dos son funcionarios de alto rango-, pero que este año se han visto sacudidos con una subida de su cuota mensual en cerca de 490 euros desde el pasado mayo. «Nuestra opción ha sido amortizar buena parte del préstamo con los ahorros para que la cuota se nos quede igual que estaba y buscar un mejor interés», comentan. Sin embargo, muchas familias no cuentan con el ahorro suficiente para este tipo de operaciones, por lo que deben negociar con su entidad otro tipo de soluciones.
Los expertos recuerdan que, para enfrentarse a este proceso, se deben cumplir primero tres condiciones. «Inicialmente hay que demostrar estabilidad laboral, estar al corriente de pago y haber tenido un buen comportamiento durante el pago del crédito». Hay una cuarta condición clave para poder renegociar un crédito: «La cuota de tu hipoteca no debe superar el 30% o el 35% de la suma de tus ingresos mensuales una vez descontados los gastos fijos».
Ese límite recomendado se queda por debajo de lo que destinaron los hogares españoles al pago de la hipoteca en el último trimestre de 2022, que superó el 36% según el Banco de España. Una cifra que ha ido engordando a medida que el euríbor aceleraba en las subidas.
Este es, además, uno de los factores que ha provocado que «el número de hipotecas sobre viviendas inscritas en los registros de la propiedad cayese en mayo un 24%», tal y como recuerda Víctor Royo, jefe de estrategia comercial de Ibercaja.
El experto explica que las palancas que hasta hace poco impulsaban al sector -el ahorro acumulado en pandemia, el cambio en el gusto de los consumidores (casas más grandes o pisos con terraza) o los bajos tipos de interés- ya son cosa del pasado. Así, anticipa que «a final del ejercicio se habrá reducido en un 20% el volumen de hipotecas formalizado respecto a 2022».
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