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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha echado un jarro de agua fría al futuro económico al poner sobre la mesa una posibilidad con la que no contaba casi nadie hasta ahora: que la recesión actual derive en una «crisis ... financiera» como la que afectó a la zona euro hace una década.
El responsable del supervisor ha avisado de que «no hay margen para la complacencia» y de que los bancos deben afrontar el actual contexto con determinación. «Empezamos como una crisis sanitaria y después derivó en una económica y tenemos que evitar a toda costa que esto se convierta en una crisis financiera», ha indicado Hernández de Cos durante su comparecencia ante la comisión de Economía del Congreso de los Diputados.
En su análisis sobre el futuro, el gobernador ya no descarta los «escenarios más severos» que el propio Banco Central Europeo (BCE) había estimado en sus perspectivas. Hernández de Cos ha indicado que la segunda ola de la pandemia afecta de lleno al conjunto de las economías, aunque a la española más que a otras, y que el PIB está lejos de recuperarse con fuerza.
Sus palabras retrotraen a los peores momentos de la anterior crisis, cuando la solvencia de muchas entidades estuvo en entredicho, se sucedieron los rescates y las medidas para apaciguar a los mercados, ávidos de una deuda soberana con intereses cada vez más elevados.
Además, ha minimizado algunos mensajes lanzados desde el Gobierno en los últimos días acerca de la recuperación. El gobernador ha insistido en que está siendo siendo «frágil», «parcial» y «desigual» y ha reiterado que el PIB caerá en este año entre el 10,5% y el 12,6%. Además, ha recordado que el paro puede superar ampliamente el 20%, a la espera de la EPA del tercer trimestre. Ha aconsejado no hacer una interpretación «excesivamente benigna» del repunte que ha tenido la economía en el tercer trimestre del año, tras la desescalada progresiva, ya que a lo largo del verano se han acumulado «señales de que el repunte iba perdiendo intensidad».
Esta previsión del Banco de España no incorpora la utilización de los fondos de reconstrucción europeos, por lo que el gobernador ha afirmado que los riesgos de empeoramiento de la economía española podrían ser menores, siempre y cuando estos fondos sean utilizados con eficiencia. En este sentido ha apuntado que los fondos pueden ayudar a luchar contra el paro de larga duración bajo la forma de políticas activas en el mercado laboral con el fin de aumentar la empleabilidad. Además, ha abogado por la constitución de un sistema en el que el trabajador acumule de modo anticipado una parte de los costes de despido en un fondo individual mientras mantiene su empleo, al modo de la denominada «mochila austriaca».
Hernández de Cos ha señalado que según la rapidez con la que se ejecuten los programas financiados con los fondos y bien si son vía préstamos o transferencias, el impacto sobre la actividad en los próximos años de estos fondos puede variar entre apenas unas décimas de PIB a varios puntos. Así, por cada 10.000 millones de ejecución temprana de transferencias europeas destinadas a inversiones productivas el impacto estimado sobre el PIB durante los próximos dos años se situaría en el entorno de tres décimas.
Para evitar toda esta situación, y enfocando su análisis sobre la banca, el gobernador considera que el sector debe seguir «las guías supervisoras, que son claras y oportunas» para solventar este problema. El gobernador ha apuntado que «el nivel de resistencia de la banca es muy elevado», pero que tampoco es ajeno a futuras complicaciones. Y ha anticipado que, llegado el caso, cualquier respuesta «debería ser europea».
Hernández de Cos ha insistido en las fórmulas bancarias habituales para evitar otra crisis en el sector financiero: culminar la unión bancaria; habilitar un fondo de garantía de depósitos común; y nuevos marcos de resolución y liquidación de entidades. Además, ha recordado que las rentabilidades de la banca «ya son muy reducidas» y que la crisis «va a exacervar ese problema». Por ello aconseja la fusión de bancos. Aunque no se ha referido explícitamente ni a la integración de CaixaBank y Bankia, ni a la anunciada ayer entre Unicaja y Liberbank. «Las consolidaciones pueden ser, y subrayo lo de pueden, un mecanismo para fortalecer las entidades y al sistema», ha explicado ante los diputados.
En cuanto a las políticas macro y micro prudenciales, que han permitido absorber el impacto inicial del «shock» e impedido la materialización de «un riesgo sistémico en el sistema financiero que hubiera acentuado aún más la crisis y la hubiera hecho más persistente», Hernández de Cos ha destacado que la recomendación del BCE de no repartir dividendos ha permitido que las entidades hayan añadido esos recursos a sus colchones de capital.
Aunque esta recomendación se revisará antes de finalizar el año, el gobernador del Banco de España ha advertido de que, en cualquier caso, la política de distribución de dividendos y de remuneraciones de las entidades «deberá seguir siendo muy prudente hasta que no se disipe la incertidumbre actual y se consolide una recuperación económica sólida».
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