Más crédito, más clientes vinculados y una nueva ofensiva comercial con productos que reactiven los ingresos por comisiones. El ciclo de bajada de los tipos de interés iniciado por los bancos centrales ha obligado al sector financiero a mover ficha para compensar el impacto que ... este nuevo escenario tendrá en sus márgenes. Y la estrategia es clara:aprovechar la resistencia del mercado laboral y las buenas perspectivas de crecimiento económico en España para ganar volumen de negocio, con un repunte del crédito que esperan que sea más contundente en la recta final de este año y, sobre todo, en 2025.
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Fuentes de varias entidades consultadas aseguran que ya trabajan con la previsión de que el recorte de tipos del Banco Central Europeo (BCE)termine con la tasa de referencia en torno al 2,25% o el 2,5%. «Con estos niveles se alcanzaría un buen equilibrio, siendo lo suficientemente bajos como para sostener la demanda de crédito y, al tiempo, que la banca pueda realizar su negocio con normalidad», coincidía Eduardo Ruiz de Gordejuela, consejero delegado de Kutxabank, en un foro financiero celebrado esta semana en Madrid.
3,26% tipo de interés medio
aplicado por los bancos a sus hipotecas a cierre de junio, según el INE, aún por encima del 3,17% del mismo mes del año anterior. El número de hipotecas inscritas en los registros de la propiedad fue de 31.526, un 5,5% menos en tasa anual.
En el sector calculan, de hecho, que esa bajada de tipos favorecería un repunte del 5% en los volúmenes de crédito. Una mejora que ya se está dejando notar en la demanda de segmentos clave que habían estado completamente paralizados a finales de 2023, como el de las hipotecas.
Pero cuidado, porque los cálculos del sector pueden irse al traste si falla la variable macro. El propio Banco de España, que acaba de mejorar su previsión de crecimiento al 2,8% para este año, advertía esta semana que aunque se prevé un impulso en el consumo de las familias, los datos indican que, hoy por hoy, sigue por debajo de los niveles prepandemia. Y, a menor fuerza del consumo, menores opciones de crecer en crédito.
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Lucas Irigoyen
«No es fácil que la demanda se anime en determinados segmentos», advierte Santiago Carbó, director de servicios financieros de Funcas. Reconoce que las solicitudes de hipotecas sí se puede reactivar con la rebaja de los tipos de interés, «pero el problema es que el mercado inmobiliario tiene sus limitaciones por la falta acusadísima de vivienda», insiste. «Crecerá el crédito para este fin en segmentos rurales o donde no haya tensión de precios, pero en este momento es difícil 'vender' hipotecas minoristas en gran cantidad». Otra cosa es el segmento empresarial, donde los bancos sí pueden aprovechar el filón por el esperado repunte de la inversión.
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«En términos de saldos, el pico empresarial se alcanzó a cierre de 2020 por los préstamos ICO de la pandemia, con unas cifras que rondaban los 472.000 millones de euros; hoy ya nos movemos en unos 450.000 millones», explicaba recientemente Peio Belausteguigoitia, responsable de BBVA España. Es más, si se toma como referencia el periodo entre diciembre de 2023 y junio de 2024 ya se observa un crecimiento en el sistema, aunque todavía limitado, del 0,6%. «Tras unos años de desapalancamiento, las empresas parecen preparadas para buscar financiación y retomar sus planes de inversión», coincide Carbó.
«No solo está empezando a crecer, sino que hay mucho potencial», añadía Gloria Ortiz, consejera delegada de Bankinter, en el mismo foro en el que los banqueros apuntaron también a las «inversiones brutales» que se necesitarán para alcanzar los objetivos de descarbonización y de defensa en los próximos años. «Los bancos han de canalizar gran parte de esa financiación y habrá una gran oportunidad de crecimiento», insisten.
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Más allá del crédito, en el sector apuntan a otras fórmulas para sostener sus ingresos en este nuevo ciclo. «Cuando bajan los tipos, el ahorro tiende a irse fuera de balance, a productos que generan mayores ingresos por comisiones», señalan. Dinero que esperan que se desplace desde las letras o depósitos hacia los fondos de inversión. Carbó considera que esto, sumado a la reactivación del crédito empresarial, debería bastar para compensar las bajadas de tipos, tras años en los que la banca también ha avanzado en términos de eficiencia para situarse en una posición más cómoda frente a este nuevo escenario de la política monetaria.
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