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Jueves, 4 de diciembre 2014, 10:40
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha dejado el terreno preparado para que la institución se embarque el próximo año en un programa de flexibilización cuantitativa (QE), en lo que sería la más ambiciosa y controvertida decisión de la entidad con el ... objetivo de combatir los riesgos de una inflación excesivamente baja y reactivar la titubeante economía de la zona euro.
El banquero italiano ha asegurado en su comparecencia ante los medios que los miembros del Consejo de Gobierno de la institución discutieron varias posibilidades de QE, y ha subrayado que la unanimidad no es necesaria para aplicarlo, aunque ha apuntado que la entidad no tiene aún decidido adoptar medidas adicionales en su próxima reunión. "Ciertamente, hemos mantenido una discusión rica sobre diversas opciones de QE", admitió el banquero italiano en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que mantuvo los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,05%.
El banquero italiano ha dicho no tener claro qué piden a la entidad partidos políticos como el español Podemos o el griego Syriza y ha subrayado que la institución no puede financiar a Estados. "No sé muy bien qué es lo que nos piden", ha respondido Draghi al ser cuestionado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE sobre las propuestas de estos partidos. No obstante, el máximo responsable de la política monetaria de la zona euro recordó que el BCE no puede financiar déficits. "El BCE no puede financiar a los Estados", subrayó.
Hachazo a las previsiones
El mensaje de Draghi respecto al programa de flexibilización cuantitativa ha venido precedido de una drástica revisión a la baja de las previsiones de inflación y crecimiento de la eurozona. En concreto, las nuevas proyecciones del BCE contemplan un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro del 0,8% este año y del 1% en 2015, mientras que en 2016 la economía de la eurozona crecerá un 1,5%.
Los anteriores pronósticos de la institución, publicados el pasado mes de septiembre, apuntaban a una expansión del 0,9% en 2014 y del 1,6% en 2015, que pasaría a ser del 1,9% en 2016. En este sentido, el banquero italiano señaló el impacto de la situación en la demanda doméstica y las exportaciones y advirtió de que predominan los riesgos a la baja, incluyendo la debilidad de las economías de la eurozona y los riesgos geopolíticos.
Asimismo, el presidente del BCE ha anunciado una notable rebaja de las previsiones de inflación de la entidad, que ahora prevé que se sitúe en el 0,5% este año, una décima menos de lo esperado en septiembre, mientras que en 2015 la inflación será del 0,7%, frente al 1,1% previsto anteriormente. De cara a 2016, las nuevas previsiones del BCE contemplan un alza interanual de los precios del 1,3%, una décima por debajo de las previsiones anunciadas en septiembre.
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