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El acuerdo entre los bancos y el Ministerio de Economía para ampliar la ayuda a la que puedan acogerse las familias vulnerables y, al mismo tiempo, proteger a los hogares con rentas medias pero que también tienen problemas para asumir la subida repentina del euríbor, ... sigue retrasándose al tener que estudiar los efectos colaterales que puede tener en los impagos del futuro y las provisiones que tenga que realizar el sector por encima de lo estimado hasta ahora.
El nuevo Código de Buenas Prácticas Bancarias que saldrá de estas conversaciones, «reforzado» tal y como quiere el departamento que dirige Nadia Calviño, puede ser un arma de doble filo. Es decir, solucionaría problemas a corto plazo pero los agravaría después. Uno de los principales temores del sector financiero, según apuntan fuentes de la negociación, es el «peligro» de tener que realizar más dotaciones de capital para hacer frente a posibles impagos a medio y largo plazo.
Los aspectos «técnicos» son los que sigue retrasando el acuerdo, porque ahí reside el principal punto de fricción que existe en estos momentos entre ambas partes (Ministerio y patronales del sector bancario) que avanzan en la negociación, pero no terminan de perfilar todos los flecos para evitar efectos perversos en el futuro. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha admitido que están «evaluando opciones» como que se pueda establecer una cuota más baja para «aplanar la curva de los tipos de interés y amortiguar ese impacto» del alza del euríbor.
Pero, al mismo tiempo, admite que tienen que «trabajarlo bien para que no haya efectos indeseables». Porque con la ampliación del Código de Buenas Prácticas se puede conseguir contener el pago de las hipotecas durante unos meses pero después se puede pasar a un escenario en el que esas mensualidades suban de forma repentina, acaben en impagos y, por tanto, se genere un problema mucho más relevante que el que puede existir en este momento, a finales de 2022.
Se está trabajando en dos vías distintas: ampliar el ámbito del Código de Buenas Prácticas que ya existe para aliviar la situación de los ciudadanos y de las familias más vulnerables y tener un protocolo adicional para las familias de clase media que se pueden ver particularmente afectadas por la rápida subida de los tipos de interés en este momento.
El contexto en el que trabajan las entidades financieras desde que se haya producido el incremento exponencial de los tipos de interés oficiales y, de forma paralela, del euríbor, indica precisamente que por ahora no se están materializando grandes impagos de las hipotecas a pesar de que el índice hipotecario ha pasado del -0,5% de hace un año a casi el 3% de este mes de noviembre. Es decir, un alza de más de tres puntos porcentuales, a los que hay que sumar en cada hipoteca el diferencial pactado.
Este comportamiento del euríbor provoca incrementos de las cuotas, aunque desde la banca insisten en que en buena parte son asumibles por parte de sus clientes, como están demostrando los últimos datos de morosidad, con apenas un 3,6% de impagados, una tasa muy estabilizada en ese nivel, frente a más del 13% que alcanzó en 2012, el peor momento de la anterior recesión. Una hipoteca media constituida hasta 2006 pagará unos 70 euros más al mes ahora; las firmadas hasta 2014, unos 110 euros más, y solo las registradas en los dos o tres últimos años a tipo variable podrían ver incrementos cercanos a los 200 euros al mes. Aunque, precisamente, en los últimos años la mayor parte de las hipotecas firmadas (un 70% del total) lo han sido a tipo fijo para esquivar posibles subidas del euríbor, como las que ahora se están produciendo.
Todos los ejecutivos de los grandes bancos españoles ya indicaron en las recientes presentaciones de resultados trimestrales que ni estaban viendo graves problemas de impago ni tampoco los preveían durante los próximos meses a pesar del impacto que tiene el euríbor. Además, todos ellos insistieron en que cada banco tiene sus propias soluciones de reestructuración de deuda hipotecaria para las familias más necesitadas. «Somos los primeros que no queremos volver a la etapa de los impagos masivos ni los desahucios», indican varias fuentes del sector.
El propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha sostenido que las medidas de apoyo a los hipotecados afectados por la subida de los tipos de interés deben enfocarse en el colectivo vulnerable, al tiempo que ha reconocido la dificultad para definir adecuadamente a dicho segmento.
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