Ante el desafío de emprender

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer año de vida de una empresa es cuando más peligra su continuidad. En ese primer ejercicio, las tasas de supervivencia son del 78,5% o inferiores. Y cabe destacar un dato más, que se recogió en el informe del Directorio Central de Empresas. A 1 de enero de 2023, el 99,8% del tejido empresarial nacional está constituido por pymes y de este porcentaje, más de la mitad corresponde a autónomos. Es por ello que se hace crucial el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, para que puedan crecer y perdurar, ya que constituyen el principal motor de cualquier región, también de La Rioja, y generan riqueza y empleo.

Este fue uno de los puntos en el que coincidieron los ponentes que participaron en la mesa de debate 'Avanzando desde La Rioja: claves para el crecimiento de las pymes', organizada este martes por Diario LA RIOJA en colaboración con BBVA. En este encuentro tomaron parte la directora del Centro de Banca de Clientes (CBC) de BBVA de Logroño, María Andreu; la responsable del Departamento de Creación de Empresas y Asesoramiento a Emprendedores de la Federación de Empresas de La Rioja (FER), Rocío Bazán; el CEO de Gesvasa, Adrián Alonso; y la empresaria y autónoma Beatriz Amiano. El periodista César Álvarez ejerció de moderador.

«Al final las empresas son las verdaderas creadoras de riqueza y empleo y hay veces que la intervención de la Administración no se hace en favor de ellas, no tanto desde el punto de vista impositivo, sino burocrático», apuntó Bazán, que reiteró la necesidad de una Administración que tenga más en cuenta a la empresa y que «facilite lo posible el ejercicio de su actividad». En esta misma línea se expresó Andreu: «Las empresas nos demandan agilidad».

El perfil del emprendedor es diverso. En líneas generales, la gente joven que se decanta por emprender cuenta con formación, aunque son perfiles atípicos. Porque habitualmente suelen obedecer a otros rasgos: gente, entre 30 y 40 años, con estudios e incluso con experiencia en el sector privado, que conocen el mercado laboral y ven sus carencias y, una vez observadas, se plantean cómo pueden mejorar su sector. Aunque también se encuentran quienes, por distintas causas, han salido del mercado laboral y se plantean el autoempleo como salida profesional. Andreu señaló que a la hora de hablar de emprendimiento «hay que huir de la idea del emprendedor que tiene una idea brillante, que dice voy a revolucionar el mundo. También los hay, pero son cosas muy puntuales. Un emprendedor es una persona que aborda tanto un nuevo proyecto, como continuar un negocio o ampliarlo». Y añadió que las nuevas generaciones «son de reinventarse enseguida si algo no les gusta, aunque ahora estamos viendo a gente con 40 o 45 años que se dedica a algo que no les gusta y se anima a emprender». En ambos casos vuelven a incidir en la importancia del asesoramiento y del acompañamiento para orientar a quien tome la vía del emprendimiento y siga por ella. «Hay mucha gente que se queda en el camino», advirtió Andreu. «Hay que ver la viabilidad sobre el papel antes que nada», señaló Bazán.

Una vez acometido el camino, en el día a día en el caso de Adrián Alonso y Beatriz Amiano «se conserva intacta la ilusión», que unida a la «confianza y al compromiso que pones en el proyecto, no hay nada que te pare», confiesa Alonso. Aunque haya veces que cueste. Con una experiencia mayor, Amiano también se refirió a esa lucha diaria. «Cuando otros se divertían, yo trabajaba».

Hablan de la especialización, la reinvención o la innovación, pero también de la sostenibilidad como aspectos esenciales para el futuro de un negocio. «Por eso, a veces, se precisa la financiación», apeló Amiano, que añadió el poder contar con gente al día de todo.

Tener una cara que ofrezca confianza es para ellos un aspecto muy valorado. La singularidad de La Rioja favorece, en gran medida, esa posibilidad. «Agradezco mucho la cercanía y el poner cara al interlocutor con el que hablo», valoró Alonso, que destacó que el trato humano «y el lazo de confianza que estableces son aspectos que se están perdiendo a causa de la tecnología».

María Andreu es la responsable del CBC de BBVA de Logroño, que reúne a equipos especializados, entre los que se encuentra el de pymes y autonómos. «Cada empresa es un mundo. Cuando uno va a montar un negocio, la financiación es lo primero que viene a la mente y un buen asesoramiento al inicio es necesario».

Cuentan con equipos especializados en pymes. Han creado, por ejemplo, un servicio gratuito para la creación de empresas y con portales especializados –agro, franquicias, hostelería y emprendimiento, entre otros–. «En todo momento les apoyamos en este vaivén de ilusiones, tanto en esas ganas y resiliencia que tienen los empresarios como en esos momentos bajos que pueden atravesar y donde BBVA quiere hacerles ver el futuro, compartir experiencias y estar con ellos».

Y para facilitar su labor cuentan con herramientas a disposición de pymes y autónomos, como la firma digital o el pago de nóminas desde el móvil. «Estamos a la vanguardia en innovación con la tecnología». Y lo ejemplifica con el agregador financiero One View –integración de cuentas de varios bancos en una aplicación– o My Business –que permite a comercios controlar su día a día y que ofrece datos anonimizados de su sector–. «Somos un proveedor imprescindible para los negocios», subraya, A la vez que reitera el compromiso de BBVA con las empresas y los autónomos. «Queremos seguir siendo un referente y estar ahí para ellos, que son quienes impulsan el crecimiento. Al final es el futuro y entre todos tenemos que reforzarlos».

«El primer desafío al que se enfrenta una persona cuando acude a la FER porque quiere montar su negocio es el capital», asegura Rocío Bazán.

Pero otro de los grandes retos que debe afrontar guarda relación con el marco regulatorio.

«Crear y mantener una empresa en España es difícil, porque las normativas son ingentes y hay mucho que cumplir», dice la representante de la patronal riojana.

Bazán ve lógica la apuesta por el equilibrio económico y social, pero también observa que la intervención de la Administración, a veces, no se hace en favor de las empresas. «Existen cargas y burocracia que son costes al final».

Asimismo, manifiesta que «uno de los retos que tenemos en FER Joven es tratar de apoyar y divulgar entre la gente joven los beneficios que puede tener el emprendimiento y la creación de empresas» como una vía alternativa al trabajo por cuenta ajena o en la Administración pública.

Ve que es un buen momento para hacerlo. «Es una oportunidad que tenemos y tanto nosotros como organismo junto a entidades como BBVA podemos facilitar que la gente decida apostar por el emprendimiento», vuelve a incidir.

Y de cara al futuro ve vital la formación. «Estamos viviendo una verdadera revolución tecnológica y está claro que va a afectar a los perfiles de trabajo del futuro», que requerirán de mejores cualificaciones y habilidades.

Adrián Alonso abandonó joven sus estudios. Empezó a trabajar en el negocio familiar y a aprender a gestionarlo. Y con 22 años se lanzó a crear sus empresas. Las carencias desde el punto de vista de los estudios las suplió con esfuerzo, tesón y compromiso. «Me comprometí con un proyecto que era la gestión de residuos y luego, por ocio, me gustaba el deporte y me comprometí con otro proyecto». En todo momento incide en la palabra compromiso. Porque se topó con una doble responsabilidad: su futuro y el de todo lo que le rodeaba, su ecosistema.

Hace once años de aquello y ha logrado estabilidad profesional y personal. «No hay cosa que me apasione más que dar valor. Cuando me preguntan sobre qué es importante para mí de cara al día de mañana, respondo: que me recuerden por la huella que he dejado».

Invita a la gente a replantearse lo que quieren y a dónde quieren llegar. «Para mí, esto no es trabajo. Lo hago con una ilusión tremenda». Igualmente aboga por invertir en crear valor dentro de su empresa para «generar retención y calidad de trabajo». Porque en una sociedad tan «efervescente», apuesta por compañeros que le quieran acompañar y hacerles formar parte de un proyecto en movimiento que aboga por «hacer un bien común a los demás. El día de mañana si nos tienen que recordar a nuestras empresas es por el bien que hemos hecho a los demás».

«En mi casa nos hemos criado como soldados de trabajo; es decir, hemos aprendido a trabajar desde muy jóvenes. Mientras otros niños estaban de vacaciones o se iban al pueblo, nosotros trabajábamos. Te crías así; es otro modo de vida», manifiesta Beatriz Amiano. Ella es autónoma, como también lo fueron sus padres. Y serlo «es una maravilla, es una vida en la que tú estás creando algo». Ella empezó a mediados de los años 90 con una tienda pequeña de 30 metros cuadrados, gracias a una inversión que le dejó su padre. «Sabía lo que había que hacer, porque había visto la compraventa –comercio textil– toda la vida en casa».

En dos o tres años abrió tres tiendas más, y en un lustro, seis. La experiencia le ha curtido. «El trabajo eres tú, es lo que te dignifica, lo que vale; somos resultados». Para ella es importante que se mantenga la motivación para que la gente tenga ganas de trabajar.

Sabe que «no nos podemos dormir». Y máxime en un sector, el comercial, que se encuentra «muy mal, como nunca. El comercio está al borde de un ataque de nervios. La sociedad va cambiando muy rápidamente, tanto que hay negocios, como el mío, que estamos sufriendo». Pero recuerda que «muchas familias comen de nosotros, de nuestra cabeza y de nuestra creación. Dependen de nosotros y eso también es una presión». Y admite, aunque con pena, que los autónomos «somos gente en extinción».

• Temas
• BBVA
• Diario La Rioja