La Eurozona sigue al ralentí pero logra sortear la recesión

Lituania se situó a la cabeza de Europa, con acelerón económico del 2,9%, seguido de Eslovenia (1,4%) y Grecia (1,3%). Los malos datos de la zona euro se deben, en gran medida, a la contracción económica en Italia –del 0,4%, un 0,1% más de lo previsto– y a que Irlanda solo creció un 0,5% frente al 3,3% que se esperaba en agosto.

Alemania, la principal economía de la Eurozona, también se estancó. Su economía se mantuvo invariable en el segundo trimestre, pero esquivó la recesión en la que entró a principios de 2023. La actividad económica en Francia, por su parte, avanzó un 0,5%, mientras que Polonia (-2,2%) y Suecia (-0,8%) entraron en terreno negativo. Al otro lado del Atlántico, la economía estadounidense creció un 0,5% entre abril y junio.

El enfriamiento de la economía era uno de los riesgos que asumió el Banco Central Europeo (BCE) con la subida de los tipos de interés. Ahora, con estos en el 4,25% y la inflación mostrando signos de persistencia –se mantuvo invariable en el 5,3% en agosto–, la atención se centra en la reunión que mantendrá esta institución la próxima semana en Francfort. No se descarta una nueva subida de tipos. Su presidenta, Christine Lagarde insiste en que la estabilidad de precios sigue siendo el principal mandato del BCE y en que «hará todo lo que esté en su mano» para doblegar la inflación.

Los datos publicados ayer por Eurostat confirman, además, la resiliencia del mercado laboral de la Eurozona. Con el desempleo en mínimos históricos, el número de personas ocupadas aumentó en un 0,2% en el segundo trimestre del año. Lituania, Malta y Portugal fueron los países que más empleo crearon. En España, que sigue a la cabeza de la Eurozona en la tasa de paro, el empleo se mantuvo invariable.