La inflación se modera siete décimas en mayo hasta el 1,9%

En cualquier caso, con este dato ya se encadenan nueve meses con la inflación en tasas positivas después de haberse situado en negativo la mayor parte de los últimos dos años. Los precios sufrieron un importante repunte al inicio de 2017 con tasas del 3% en enero y febrero coincidiendo con el alza del precio del petróleo tras la reducción de la producción acordada por los países de la OPEP y también con un alza de la electricidad.

Desde entonces la evolución de la inflación ha estado marcada por la volatilidad de los precios de los productos energéticos. El Gobierno prevé que el IPC se modere según avance el año y acabe en el 1,5% de media. De hecho, espera que la senda descendente prosiga al disiparse el efecto escalón en los carburantes en relación a la diferencia de precios en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Brecha con la zona euro

Por su parte, la variación del IPC Armonizado (homogéneo en toda la UE) se sitúa en mayo en el 2%. Si este dato se confirma, la tasa anual del IPCA disminuiría seis décimas respecto al mes anterior. En cualquier caso, este descenso significará reducir la brecha respecto a la inflación en la zona euro que se había disparado en los últimos meses. Un escenario que perjudica a las exportaciones españolas en la región comunitaria al perder competitividad vía precios.

De todas formas, la tasa del 1,9% de mayo implica una pérdida de poder adquisitivo para los pensionistas, cuya prestación este año apenas se revalorizó el mínimo del 0,25% que marca la ley. Una menor capacidad de compra que se suma a la producida en 2016 cuando el IPC acabó el año en el 1,6% y las pensiones subieron de nuevo el mínimo legal.

Otro de los perjudicados con este incremento de precios son los trabajadores. Así, la subida media de salarios pactada en los convenios se situó en abril último dato disponible- en el 1,27%. Para tratar de mitigar estos efectos los sindicatos han propuesto a la patronal una revalorización salarial entre el 1,8% y el 3% en función de las capacidades de cada empresa con el objetivo de que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo en un contexto de recuperación económica. La respuesta de la patronal fue situar una banda de entre el 1% y el 2,5%.