Sergio Moreno Laya
Domingo, 2 de abril 2017, 00:38
La gestión empresarial es fundamental en lo que representa dentro de la dinámica de una economía de mercado. Esta gestión remite a la capacidad del empresario a observar escenarios entro de la economía que garantizan una rentabilidad razonable como para generar en los mismos bienes ... y servicios. Esto significa que recae en el empresario el rol de dar cuenta de oportunidades económicas y a partir de esta visión movilizar al capital hacia las mismas.
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La gestión empresarial permite reducir los riesgos en la toma de decisiones, y actualmente existen pautas, mecanismos y herramientas que si bien es cierto que no garantizan el éxito, sí que al menos alejan en la medida de lo posible la toma de una decisión totalmente equivocada. Y se vio claro durante esta crisis que comienza a remitir. «Una mala financiación en un proceso de crecimiento llevó a muchas empresas a desaparecer con un cambio de tendencia tan brusco como el que provocó la crisis». Verbaliza de esta forma Javier Ureña, gerente de la ADER, lo que puede ocurrir cuando la toma de decisiones en una empresa no está fundamentada en motivos contables y por tanto medibles. «Siempre hay indicadores que se pueden medir antes de tomar una decisión. Por eso es necesario medirlo todo, porque además si no se mide no se conoce la verdadera situación y por tanto no se mejora», apunta Ureña.
Sabedores en la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja de la importancia de tomar buenas decisiones, de medir, de disponer de herramientas para contar situaciones reales... ponen en marcha un año más lo que llaman el Acelerador de Gestión Avanzada, que no es otra cosa que un itinerario específico para que las empresas apliquen una metodología de trabajo en cuatro áreas gestión muy diferentes que les llevará en caso de éxito a formar parte de la Agenda de Fortalecimiento, espacio en el que se abren las puertas a un nivel de ayudas muy superior que permiten el crecimiento de la empresa.
Dirección estratégica, personas, procesos (finanzas, producción e innovación) y mercados son las áreas que la empresa analiza en compañía de un experto para tomar medidas práctica y reales. Para ello, cada área de gestión tiene una ruta de trabajo o 'ciclo de aceleración' establecido en función de la situación de cada empresa y el nivel de gestión que ésta tiene implantado. Para ello, se tiene en cuenta el perfil de experiencia, tamaño, niveles de gestión y certificaciones para proponer el itinerario más adecuado a cada una.
La ADER y el Club de Marketing lo que pretenden de esta forma es que «la gestión en una empresa sea transversal, independientemente de su tamaño», apunta Ureña sobre este itinerario que obliga a una implantación plena en la empresa.
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