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Martín Torres Gavíria
Viernes, 31 de marzo 2017, 23:14
Harry Jones se le habían pegado las sábanas y caminaba apresurado por Fulton St. Eran las 8:46 de la mañana del 11-S del 2001. Sus dos socios ya llevaban una hora haciendo transacciones bursátiles en la pequeña empresa de brokers que los tres ... tenían en un diminuto apartamento del piso 22 en la Torre Norte de World Trade Center. De repente, una enorme sombra cubrió la calle y al levantar la mirada vio sobrecogido como un enorme Boing 767 se incrustaba en la Torre Norte justo por los ventanales de su oficina. Fueron décimas de segundo para reaccionar y echar a correr. Pero no hacia las torres gemelas sino en dirección contraria. Se parapetó en un portal de un edificio de Greenwich St., sacó su móvil y comenzó a comprar en apalancamiento (a débito) opciones de venta de United Airlines, American Airlines, Morgan Stanley y Axa. Paró a respirar y otro enorme Boing surcó el cielo impactando sobre la Torre Sur. Volvió a marcar su móvil y siguió contratando opciones de compra de Rayteon (armamento) y Bonos del Tesoro. Al apagar el móvil, miró a la Torre Norte y ya había desaparecido. Justo entonces pensó en sus socios
No hay día que al abrir un periódico, da igual cual sea, que al oír un programa de radio, también da lo mismo cual sea, que al ver una cadena de televisión, cualquiera al azar, no nos encontremos a una persona famosa de los medios de comunicación, futbolista, actriz o mediopensionista, que no esté anunciando un bufete de abogados, una asociación de consumidores o un colectivo de afectados. Entonces me pregunto, ¿pero cuánto dinero se gastan en publicidad? Para seguidamente responderme, señal de que lo ganan y con creces. Y eso es bueno. Pero porqué tan de repente esta eclosión de abogados. ¿Tan judicializada está la sociedad en España? Yo preferiría un surgimiento atómico de médicos para que mejoren nuestra salud y vivamos más y mejor. Y que conste que no tengo nada contra los abogados. Bueno sí, contra uno, pero eso es otra historia. La verdad es que toda esta campaña es paralela a las sentencias de cláusulas suelo, preferentes, acciones de Bankia, gastos hipotecarios, comisiones de amortización, etc. Como diría algún experto en marketing, se les ha abierto a los abogados un nicho de mercado enorme. Contemos: millón y medio de cláusulas suelo, trescientos mil preferentistas, un millón de afectados por gastos hipotecarios y doscientos mil por comisiones de cancelación. Total nos ponemos en dos millones largos de potenciales clientes a captar rápidamente antes de que lleguen a un acuerdo con la entidad bancaria y se les acabe el chollo. No me extraña el bombardeo de tanta publicidad. Pero los abogados siguen estando de suerte, a todos esos potenciales clientes que sumábamos antes, ahora pueden añadir quinientos cincuenta mil más. Es el montante, según TINSA, de operaciones susceptibles de reclamar ante los ayuntamientos por cobrar una plusvalía inexistente. A no ser que el Gobierno saque un Decreto Ley favoreciendo los acuerdos extrajudiciales y dejen de hacer el agosto.
Harry Jones con las opciones de venta jugó a que las acciones de las aerolíneas y aseguradoras bajarían tras el atentado, y así ocurrió. Y con las opciones de compra apostó a una subida de las acciones de armamento y los bonos americanos, y justo eso sucedió. Con el atentado ganó millones. Hizo el agosto.
* Miembro de European Financial Planning Association España
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