España creció en 2016 cuatro décimas más que lo apuntado por todas las previsiones

El estudio también muestra que el mayor desatino se encuentra en organismos internacionales como la Comisión Europea (un desvío de seis décimas) y el FMI (con siete décimas). A pesar de que el documento se basa en las previsiones de estas instituciones realizadas en mayo de 2015 (las del resto son de septiembre) también ponen de manifiesto un mayor pesimismo sobre el comportamiento de España. "Son instituciones a las que les cuesta más modificar sus previsiones", ha asegurado Enrique Verdeguer, director de Esade, quien además ha explicado que en el caso español los "cambios estructurales" que experimenta la economía, con un mayor peso del sector exterior, "son más difícil de prever".

En cualquier caso, el desfase de las previsiones el año pasado fue inferior a los 1,2 puntos porcentuales registrados en 2015. Si se analizan las previsiones de los últimos tres años, el menor desvío (0,6%) es para el Centro de Estudios de la Universidad Rey Juan Carlos y para Funcas. El Gobierno se sitúa en el 0,77 y los peores resultados son par la OCDE con un punto y el FMI con 1,23.

"Se han hecho las previsiones teniendo en cuenta los escenarios más pesimistas", ha señalado Verdeguer para justificar el desfase de todas las estimaciones. Este experto, ha resaltado que también se han producido variables favorables a la economía española, como la caída del precio del petróleo o los bajos tipos de interés, que han permitido un mayor crecimiento del esperado.

Desvío en el paro

Los datos también dejaron atrás las previsiones sobre la evolución del empleo. Así, el promedio de las previsiones era que el paro acabase en el 20,5% en términos EPA, mientras que en realidad descendió hasta el 18,6%. Una vez más, el Gobierno junto con la Universidad Rey Juan Carlos fueron quienes más se acercaron, aunque con una clara desviación de 1,07 puntos.

El estudio también analiza la elasticidad del empleo medido según su avance en relación al comportamiento del PIB. En este caso, la previsión media era más optimista con una elasticidad del 0,95% frente al 0,72% real. Es decir, se ha creado menos empleo del que se estimaba con ese incremento del PIB. De hecho, mientras que la economía creció un 3,2% en 2015 y en 2016, la creación de empleo se ralentizó de un 2,9% al 2,3%, respectivamente.

"Las actividades donde se ha generado más actividad económica han generado menos puestos de trabajo. Por ejemplo, los servicios son muy intensivos en mano de obra, mientras que algunas industrias lo son en menor medida", ha explicado Verdeguer.