La empresa familiar castiga la incertidumbre política

Sin embargo, este temor por la falta de Ejecutivo no se traslada, por el momento, a unas peores perspectivas de la situación económica, que recibe 5,46 puntos respecto a los 5,15 del pasado año. De hecho, el 81% de los encuestados espera un moderado aumento de la actividad en el corto y medio plazo, con una limitada creación neta de empleo -el mismo porcentaje que en la anterior encuesta- Es más, sólo un 15% espera un crecimiento frágil.

Además el 78% de los empresarios consultados espera un aumento de sus cifras de ventas en 2016, lo que supone dos puntos más que el ejercicio anterior. Un 18% confía en que se mantendrán estables (un punto más que hace un año) y sólo un 4% espera que se reduzcan. Asimismo, en un horizonte de tres años, el 83% espera un incremento de la facturación y apenas un 4% una reducción.

En términos de empleo la situación también es más favorable con un 46% de encuestados que prevén aumentar la plantilla, frente al 45% de 2015. Empeora ligeramente quienes creen que se reducirá el empleo con un 15% respecto al 7% de hace un año. En el escenario a tres años, la situación es aún peor, ya que los que esperan incrementar plantillas pasan del 56% al 47%, mientras que los que prevén destruir puestos de trabajo pasan del 7% al 23%.

Por último, el 75% de las empresas familiares prevé aumentar su inversión en España en 2016 (dato similar al de 2015). Además, el 77% considera logrado mejores condiciones de financiación este año y alrededor del 60% de ellas no logra que más del 50% de su facturación provenga de su actividad en el exterior. "La actividad económica y empresarial y la creación de empleo necesitan un escenario político, fiscal y de gestión administrativa que sea claro y estable", señaló Osborne en su intervención como nuevo presidente del IEF en sustitución de Javier Moll. En este sentido, el nuevo responsable de esta organización señaló que en la economía española aún existen graves desequilibrios como el déficit y la elevada deuda, que suponen "una pesada losa sobre el futuro del país".

«Negativo» para el crecimiento

Por otra parte, el Banco de España alertó este miércoles en su boletín financiero sobre la incertidumbre política, que podría afectar "negativamente" al crecimiento del PIB. En su opinión, las dudas generadas sobre el curso económico perjudicaría las decisiones de consumo e inversión. En este sentido, el organismo supervisor estima un crecimiento del 2,7% para este año (al igual que el Gobierno) y un 2,3% para el siguiente (dos décimas menos que la previsión del Ejecutivo). Además, considera que los riesgos para la economía se han intensificado también como resultado de la desaceleración global.

Asimismo, el Banco de España aplaude la decisión del Gobierno de ajustar en 2.000 millones el gasto presupuestado este año para cumplir con el déficit (las comunidades autónomas deberán hacerlo en otros 2.037 millones). El organismo que dirige Luis María Linde señala que estas medidas podrían "alterar el perfil del crecimiento" a corto plazo, pero señala que generarían beneficios de confianza en el largo tiempo.