La subida de la luz modera la caída de la inflación al -0,3% en noviembre

Entre los principales productos que influyeron a esta ralentización de la caída de la inflación se encuentra la vivienda, con una variación del -2,6%, casi dos puntos superior a la de octubre, causada, sobre todo por la subida de los precios de la electricidad, frente a la bajada de 2014. También el transporte, que aumentó su tasa un punto hasta el -4,7% provocado por la estabilidad de los precios de los carburantes y lubricantes en comparación con los descensos del año anterior. Por último, también el ocio y la cultura, cuya variación se situó en el 0,7%, seis décimas por encima de la del mes anterior, contribuyó a esa moderación como a consecuencia de la bajada de los precios del viaje organizado.

En el lado de los descensos hay que destacar el comportamiento de los alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación del 1,7%, dos décimas menos que en octubre. En especial sobresalen en este apartado la caída de los precios de las legumbres y hortalizas frescas, que fue mayor que el registrado en el mismo periodo de 2014.

Asimismo, en el mes de noviembre la tasa de variación anual del IPC Armonizado -homogéneo en toda la UE- se situó en el -0,4%, cinco décimas por encima de la registrada el mes anterior. Por otro lado, la tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumenta una décima, hasta el 1,0%, y se sitúa casi un punto y medio por encima de la del IPC general.

Sólo tres meses positivos

Con los datos de noviembre la inflación mantiene las tasas negativas que acompañan a este indicativo de forma casi constante desde hace un año y medio. De hecho, los precios sólo han marcado tasas positivas en tres de los últimos 18 meses y en lo que va de 2015 apenas en dos ocasiones (junio y julio con tasas del 0,1%). El momento de mayor descenso se alcanzó, precisamente, en enero de este ejercicio, cuando la tasa alcanzó el -1,3%. Desde entonces comenzó una moderación de los precios que duró hasta el comienzo del verano. Sin embargo, en agosto regresaron las tasas negativas que todavía se mantienen.

A pesar de esta evolución, el Gobierno insiste de forma reiterada que no hay riesgo de deflación porque el descenso de los precios obedece al abaratamiento de los precios de la energía, especialmente del barril de petróleo. En este sentido, el secretario de Esado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, recordó esta mañana que no hay una caída generalizada en todos los productos y mantuvo su previsión de que la inflación acabará el año en una tasa muy cercana a cero, aunque la media del año sea negativa.

Además, el Ejecutivo reitera en que la inflación negativa favorece el poder adquisitivo de los trabajadores y pensionistas. Al mismo tiempo, considera que permite a las empresas españolas ganar competitividad frente al resto de compañías europeas, algo que beneficia las exportaciones dentro de la zona euro, donde se encuentran los principales socios comerciales y principales mercados de destino de las mercancías españolas.

Sin embargo, los sindicatos reiteran que el dato del IPC muestra que la recuperación es todavía débil y piden acabar con la política de moderación salarial para que los trabajadores puedan contribuir en la recuperación del consumo. En este sentido, desde las centrales recuerdan que mientras la economía crecerá este año por encima del 3% los salarios regulados por convenio apenas lo hacen un 0,7% a pesar de que el acuerdo con la patronal preveía una subida de hasta el 1%.