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COLPISA / AFP
Lunes, 19 de octubre 2015, 11:00
China registró un crecimiento del 6,9% en el tercer trimestre, el peor resultado desde la crisis financiera de 2009, según datos oficiales publicados este lunes que confirman la desaceleración de la segunda economía mundial.
La cifra difundida por la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS) ... es levemente superior al promedio de las previsiones de un panel de expertos consultados por la AFP, que se situaba en el 6,8%.
En el primer y segundo trimestre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue del 7%. En 2014 el crecimiento fue del 7,3%. Para 2015, China fijó un objetivo de crecimiento de "alrededor del 7%", lo que representa la cifra más baja en un cuarto de siglo. Sin embargo, numerosos expertos consideran las cifras oficiales sobrevaluadas con relación a la verdadera desaceleración de la economía, con un trasfondo de indicadores de actividad alarmistas.
Inquietud en los mercados
La BNS ha calificado de "leve" la desaceleración del crecimiento, pero el portavoz del organismo oficial de estadísticas ha reconocido que "el entorno económico interior y exterior seguía siendo complicado". "Persisten presiones a la baja del desarrollo económico", ha dicho el portavoz de la BNS.
En septiembre, el índice anualizado de la producción industrial registró una subida del 5,7%, muy por debajo del 6,12% de agosto, ha apuntado la BNS. Por su lado, las ventas minoristas, barómetro del consumo de los hogares chinos, registraron una muy leve aceleración, a 10,9" en un año. Las inversiones en capital fijo -que reflejan en particular las inversiones públicas en infraestructuras- registraron un aumento anualizado del 10,3% en los primeros nueve meses, lo que sugiere una desaceleración sensible.
El Gobierno chino destaca "la nueva normalidad" de un crecimiento menos fuerte, debido a la política de buscar un nuevo equilibrio económico orientado hacia el consumo interno, los servicios y la alta tecnología a expensas de la industria pesada y las exportaciones. Sin embargo, los indicadores decepcionantes difundidos este lunes confirman las dificultades del principal motor del crecimiento económico mundial y podrían avivar el viento de inquietud provocado este verano por la fuerte caída de las bolsas chinas y una fuerte devaluación del yuan.
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