Obras de ampliación del AVE.

La controvertida reforma ferroviaria pasa su primera revalida parlamentaria

La oposición casi en bloque critica las "prisas" del Gobierno y la "falta de consenso" político y en el sector, pero ve rechazados sus vetos por la mayoría del PP

José Antonio Bravo

Jueves, 25 de junio 2015, 19:47

La controvertida reforma ferroviaria, entre cuyos objetivos destaca "propiciar la apertura de la red para potenciar el uso de la alta velocidad", pasó este jueves su primera revalida parlamentaria. Lo hizo gracias a la mayoría absoluta que disfruta el PP, y pese a que la ... oposición casi en bloque había presentado hasta cinco vetos al texto legal por las prisas del Gobierno en sacar adelante a toda costa un texto que, a su juicio, padece de falta de rigurosidad y transparencia, descoordinación y ausencia de consenso, tanto con el resto de formaciones política como entre los agentes del propio sector, desde sindicatos a empresas interesadas a entrar en él.

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Más estrictos con las nuevas líneas

  • Entre los principales puntos del proyecto destaca la mayor severidad que habrá en el futuro a la hora de construir nuevas infraestructuras, ya sea en el ferrocarril o en la red viaria. Según Ana Pastor, una vez entren en vigor las nuevas leyes que regularan ambos sectores la construcción de una nueva línea de AVE o carretera exigirá disponer antes de un estudio previo sobre su rentabilidad económica y también "retorno social". "Una vez entren en vigor (ambas normas), no se construirá nada nuevo "sin una rigurosa planificación previa y un análisis profundo" de los pros y los contras.

  • La futura Ley del Sector Ferroviario exigirá que existan "las fuentes de financiación suficientes" para el sector. Para ello establece tres instrumentos una "estrategia indicativa" a elaborar por el Ministerio, un "programa de actividad" que dependerá del administrador de la red (ADIF) y deberá incluir una "previsión orientativa" de sus cánones para los próximos cinco años -Renfe se viene quejando de que los ha encarecido una media anual superior al 15% en el último lustro- y, por último, un convenio entre ambas instancias que establezca los objetivos a alcanzar por dicho ente público y las aportaciones económicas que recibirá del Estado cada ejercicio.

  • Fomento también obligará a partir de ahora a los operadores de la red a proporcionarle información estadística y contable actualizada, además de que aquellos tendrán que llevar sus cuentas separadas entre mercancías y viajeros, distinguiendo además entre los servicios comerciales y los declarados como obligaciones de servicio público. Por último, ya en materia de seguridad se crea una nueva agencia ferroviaria al uso que "será independiente" y habrá un régimen sancionador "más proporcional".

Las criticas de estas compañías, sin embargo, tienen un fondo distinto al de los grupos parlamentarios. Para ellas, aunque se ha avanzado respecto a los planes iniciales del Ministerio de Fomento en materia de apertura de mercado de este transporte, los cambios introducidos en el texto son todavía "insuficientes". Hasta el punto incluso, advierten, de que no está nada claro el éxito que desde la Administración se presume para la liberalización del corredor de AVE de Levante, donde en teoría debería haber un operador privado compitiendo con Renfe en 2016.

Pero, para los políticos, los problemas devienen precisamente por el lado contrario. El PSOE, por ejemplo, estima que el Ejecutivo se precipita en abrir este sector a la empresa privada sin esperar a que la UE lo exija a los Estados miembros y concrete una fecha. De hecho, recuerda que el llamado cuarto paquete ferroviario aún se está tramitando en Bruselas, no existe una postura común entre los Veintiocho y resta bastante camino por recorrer. En una línea similar, la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) critica que la oferta se incline desmedidamente hacia la alta velocidad (AVE), mientras que los partidos nacionalistas (PNV, ERC y BNG) consideran que el Gobierno ha invadido competencias autonómicas y no se han recabado todos los informes preceptivos para desarrollar la reforma, extremo que rechazan desde Fomento.

El proyecto de Ley del Sector Ferroviario fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 8 de mayo, apenas dos meses después de haber dado el visto bueno a su versión inicial en forma de anteproyecto, que apenas fue modificado después. Las principales novedades afectan a los cánones que percibe ADIF, el ente público que administra las infraestructuras ferroviarias (vías y estaciones fundamentalmente), de manera que desaparece el de acceso a la red aunque se crean otros dos nuevos: uno por acceder a instalaciones de energía eléctrica de tracción, necesarias para que los trenes puedan rodar, y otra por uso de zonas de carga y descarga para mercancías.

En la práctica, no obstante, se pasa de un total de nueve prestaciones forzosas que han de pagar los operadores a ocho. Habrá tres cánones por utilización de las líneas ferroviarias y otros cuatro por el uso que los viajeros hacen de las estaciones que, aunque cambian en parte de nombre que tenían antes, mantienen básicamente el mismo fin. La novedad es que para dos de ellos, el que pagará una compañía ferroviaria (Renfe y un posible competidor en su caso) en función de la capacidad de red que se le adjudique y el correspondiente a la utilización de las líneas, se prevé un sistema de bonificaciones "para que quienes realicen una mayor actividad tengan también un retorno más elevado", explicó la ministra de Fomento, Ana Pastor.

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Falta aún la letra pequeña

Pese a estos cambios, los futuros operadores privados -hasta 27 empresas cuentan hoy con la licencia ferroviaria correspondiente, la mitad de ellas habilitante para transportar viajeros- desconocen todavía la letra pequeña de las condiciones que habrán de cumplir para lograr esos descuentos, y tampoco saben hasta cuánto llegarían. La pretensión de ACS, Acciona, Ferrovial, Globalia, Alsa y el grupo Planeta (a través de su sociedad Veli Rail), entre otras, era que pudiera haber una rebaja de entre el 40% y el 50%, al menos para la empresa que vaya a competir en el corredor de Levante con Renfe. Y es que, según sus cuentas, casi dos tercios de su gasto (el 62%) tendrán que dedicarse a sufragar los cánones.

En Fomento, sin embargo, manejaban llegar como máximo al umbral del 35% en la rebaja de los costes por el uso de las líneas ferroviarias. Asimismo, sería sólo para el corredor de Levante, que quedaría englobado en una nueva categoría. El Ministerio preveía publicar el mes pasado en el BOE las condiciones del concurso para que entre en esas líneas -que conectan Madrid con Cuenca, Albacete, Valencia, Castellón, Alicante y Murcia- un único operador privado para competir con Renfe en los próximos siete años, transcurridos los cuáles se estudiará si se abre la puerta a más compañías. Sin embargo, a punto de finalizar junio no se tienen noticias de ese pliego y es probable que pase el verano sin llegar a verlo.

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Estaba previsto que la selección final se hiciera en otoño, aunque es posible que termine retrasándose. Después el ganador tendría seis meses para comenzar a prestar servicio, cuyo inicio estaría en el horizonte de la primavera de 2016.

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