El vicepresidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

Los empresarios piden despido libre y más moderación salarial, como el FMI

El presidente de CEPYME, Antonio Garamendi, hace suyas las propuestas del organismo internacional al abogar por reducir las indemnizaciones por despido, el contrato único o la flexibilización en las condiciones laborales

José María Camarero

Martes, 16 de junio 2015, 11:08

Despido libre. Flexibilidad dentro de la empresa. Y moderación salarial. Son las peticiones que el vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha puesto sobre la mesa para avanzar en la creación de empleo, muy similares a las propuestas por organismos ... como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus últimas recomendaciones a España. Hay que profundizar en la reforma del mercado laboral, ha afirmado Garamendi en los Cursos de Verano de la UIMP. Y ello implica despido libre, sí, aunque ha intentado aclarar que no se trata del despido gratuito.

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Garamendi ha explicado que el modelo laboral tiene que ofrecer mucha más flexibilidad en los costes a la hora de salir y entrar a una empresa. Ante la dualidad del mercado de trabajo, el vicepresidente de la CEOE ha insinuado que habría que intentar rebajar los costes de la indemnización de quienes tienen trabajo desde hace muchos años para que los que lleguen al mercado laboral puedan verlo aumentado con respecto a las actuales indemnizaciones. Es decir, tender hacia un modelo de contrato único aunque sería complicado implantarlo, ha reconocido. En cualquier caso, Garamendi ha recordado que se deben reducir las diversas modalidades de contrato que existen.

Además, el presidente de CEPYME ha abogado por contener los salarios como fórmula de crecimiento y creación de empleo, otra de las fórmulas del FMI. Es necesario mantener la línea de moderación salarial del reciente convenio firmado con los sindicatos, porque tendrá efectos sobre inversión empleo y rentas. Para Garamendi, son necesarias mayores cotas de flexibilidad laboral para que la regulación no afecte a la competitividad. Y ello implica ir por la línea de más flexibilidad geográfica y funcional, algo que, según Garamendi ya saben los sindicatos.

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