El Banco de España sigue los pasos del FMI y también pide incrementar el IVA

El diagnóstico del Banco de España es muy similar al realizado por el FMI el pasado lunes y que ya levantó bastante polémica por alguna de sus propuestas. El organismo que dirige Luis María Linde asegura que los objetivos de déficit y deuda son exigentes y considera que para asegurar su cumplimiento ante las previsibles desviaciones -los focos están puestos en las comunidades autónomas- pueden ser necesarias medidas complementarias. Es en este punto donde el organismo aboga por aumentar el peso de la imposición indirecta en línea con las propuestas de los expertos y de los organismos internacionales.

En concreto, el documento cita expresamente la ampliación de las bases del IVA, es decir pasar más productos del tipo superreducido (4%) y reducido (10%) al gravamen general (21%). De momento, el Gobierno ya ha rechazado esta medida al considerar que provocaría una caída del consumo. Además, el IVA ya se ha subido en dos ocasiones desde que comenzó la crisis. Pero el Banco de España también deja abierta la posibilidad de incrementar los impuestos especiales que gravan el tabaco, los hidrocarburos o el alcohol , entre otros, y que también han sufrido subidas estos años, así como los tributos medioambientales.

El Banco de España constata en su informe anual que el dinamismo de la economía española en 2014 se ha consolidado durante los primeros meses de 2015. Por primera vez desde el inicio de la crisis, el PIB creció de manera significativa en el conjunto del año (1,4%) y concluyó el ejercicio con un ritmo de avance interanual del 2%, asegura. De hecho, sus previsiones contemplan que esa tendencia alcista se mantendrá a corto y medio plazo. Este escenario refleja el afianzamiento de una recuperación sostenida que permite dejar atrás la recesión más severa de la reciente historia económica de España, describe. Sin embargo, el documento también advierte de que la profundidad de la crisis ha dejado un pesado legado en términos de endeudamiento y desempleo, cuya completa reabsorción requerirá tiempo y esfuerzos adicionales de las políticas económicas.

Abaratar el despido

Una de esas consecuencias de la crisis es el elevado paro. El supervisor reconoce que el año pasado se produjeron avances con una significativa reducción del número de desempleados -una caída del 8% en el promedio del año- pero que aún quedan 5.485.000 personas. Además, aunque la tasa de paro se redujo en dos puntos todavía se sitúa en el 23,7%, la segunda más alta de toda la UE y 15 puntos superior a la existente antes de la crisis. El Banco de España recuerda que las tasas de paro de los jóvenes y de los trabajadores con menor nivel de formación permanecieron en niveles altísimos (39,7 % y 41,2 %, respectivamente) y que el desempleo de larga duración repuntó el año pasado hasta alcanzar un nivel próximo al 62,8%.

Para corregir esta situación, el organismo propone mejorar la efectividad de las políticas activas de empleo. Por ejemplo, aboga por diseñar eficientemente itinerarios individualizados de inserción para los desempleados en función de sus características y de las necesidades detectadas en las demandas de las empresas.

Además, señala la necesidad de reducir la dualidad del mercado laboral mediante los incentivos a favor de la contratación indefinida reduciendo la magnitud de la brecha que separa las condiciones de terminación de las distintas modalidades de contratación. Una referencia velada a abaratar el despido. El anuario también recoge que la remuneración por asalariado experimentó un pequeño retroceso en 2014 (-0,2 % en promedio anual) y recalca la importancia de la moderación salarial los últimos tres años para ganar competitividad.