¿Estará todo atado?

Su indiscutido liderazgo iba más allá del porcentaje de participaciones que él y su familia disponen de la entidad. Santander era don Emilio y así ha sido durante décadas

José Manuel Pazos

Miércoles, 10 de septiembre 2014, 20:25

La sorpresa por la muerte de Emilio Botín, el último de una saga de viejos banqueros, exige de más reposo del que permite el hacer un balance de urgencia de una personalidad que transciende con mucho del ámbito de lo financiero y nos coloca ante ... la inmediatez de disponer ya de la respuesta a la pregunta de la que durante tanto tiempo se había carecido: quién sucedería a este hombre irrepetible al mando de su obra, uno de los grandes bancos del mundo. Su indiscutido liderazgo iba más allá del porcentaje de participaciones que él y su familia disponen de la entidad. Santander era don Emilio y así ha sido durante décadas.

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El Santander es una entidad singular por su tamaño, su liderazgo en el sector financiero, su capacidad de respuesta inmediata cuando se plantean retos en los que la imagen corporativa del banco puede verse comprometida, el nivel de sus profesionales...en eso radica su fuerza.

La cuestión que más ocupa ahora es si la entidad está preparada para reemplazarle. Financial Times, no hace demasiado tiempo, repasaba en un amplio reportaje las debilidades del banco muy asociadas a la falta de un sucesor claro. Es la hora de saber si su particular estilo de dirección puede sustituirse sin que la entidad se resienta.

Ahora que la crisis del sistema financiero ha perdido su amenaza sistémica, podemos recordar los rumores que en pleno temporal de la crisis, hablaban de un supuesto plan de la entidad para cambiar su domicilio social a Reino Unido. También son memorables sus manifestaciones a favor de la política económica de Aznar y Zapatero antes y de Rajoy ahora. Si Botín estaba satisfecho, era que el peligro de lo peor había pasado.

De su fuerza y su influencia hemos visto mucho. Hay una nueva generación de jóvenes ejecutivos en el sector que se prepara para el relevo. ¿Estará todo atado? La saga continúa con la candidata natural. El reto es enorme y el bien mayor es la estabilidad de la entidad. Sin embargo, el liderazgo de Emilio Botín es indisociable de su singular personalidad y su hija tiene ahora el reto de demostrar a aquellos que pueden albergar dudas después de una trayectoria muy rica en experiencia, pero no siempre coronada por el éxito, que tiene experiencia y capacidad suficiente para dirigir, una generación más, los destinos de uno de los grandes bancos del mundo. Aunque hablemos de una empresa privada, a la economía española le va mucho en ello.

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