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José Antonio Bravo
Viernes, 4 de julio 2014, 10:37
"Pudo ser cualquiera". De esta forma enigmática respondió este viernes el controvertido juez Elpidio José Silva a la acusación que pesa sobre él de haber podido cometer un delito de revelación de secretos por filtrar a distintos medios de los 8.777 correos corporativos ... que le fueron intervenidos a Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, durante la instrucción de la causa que el primero abrió contra él por varios créditos concedidos irregularmente al expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y que luego extendió a la controvertida compra del City National Bank de Florida.
De hecho, según distintas fuentes jurídicas, llegó a retar a la Fiscalía, e incluso a la propia magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que lleva este caso, Susana Polo, a demostrar que fue realmente él quien posibilitó que esos polémicos mensajes salieran a la luz pública. De hecho, llegó a reprocharles que no es él, sino ellos, quienes disponen de esa documentación. "Desde la Fiscalía a la propia instructora, pasando por el TSJM o el magistrado Jesús Gavilán quien se encargó de la otra causa abierta contra él- o incluso la propia Bankia, que fue la que en la primavera de 2013 facilitó esa correspondencia electrónica por orden del juez".
"Mucha gente los tiene y probablemente cualquiera de ellos ha podido desvelarlos", dijo el nuevo abogado del juez, Gonzalo Boyé, un letrado de polémica trayectoria que ha asumido su defensa tras la renuncia/despido del anterior, Cándido Conde-Pumpido (hijo del ex fiscal general) por supuestas desavenencias con su cliente. Silva prefirió esta vez no hablar ante la prensa era la tercera vez que había sido citado y finalmente decidió acudir tras ser apercibido de que, en caso contrario, sería detenido-, aunque el tono del mensaje fue similar al de sus anteriores denuncias altisonantes: "no estamos a participar en un circo como este procedimiento".
El mismo "circo" que, según él, fue el juicio que se repetirá la semana próxima- que se empezó a celebrar contra él por los excesos en los que incurrió en la instrucción contra Blesa. Pero tanto él como su cliente se olvidaron de que fue el propio Silva quien ordenó intervenir los correos y también el primero en tenerlos en su poder; de hecho, oficialmente estuvieron bajo su dominio y, en teoría, declarados secretos por él mismo- hasta que fue apartado del caso hace un año tras ser suspendido de sus funciones jurisdiccionales por una sanción disciplinaria.
Ninguna mención al respecto, y también negativa rotunda durante su declaración como imputado que apenas duró una hora- a contestar a preguntas que no fueran de su abogado, ni siquiera las hechas por la instructora. "Somos la única parte legitimada", argumentó después Boye de forma interesada, al tiempo que insistió en lo mejor sería archivar una causa que "no tiene fundamento alguno" en vez de "gastar recursos públicos por gastarlos". Sin embargo, ni la magistrada Polo ni la Fiscalía parecen por la labor, al dar por buena la versión de una testigo protegido antigua amiga íntima de Silva- que declaró que el juez guardaba el sumario de Blesa en su domicilio y disponía de los correos electrónicos. Habrá que ver, no obstante, si se considera que existen indicios suficientes para sentarle en el banquillo.
Nuevo juicio
A su vez, el próximo lunes está fijado el comienzo de otro juicio contra Silva donde está acusado de varias irregularidades durante la instrucción del llamado caso Blesa. Entre ellas, destaca el encarcelamiento en dos ocasiones y sin motivos suficientes -una de ellas incluso sin fianza- del exfinanciero. «El juez ha dañado mi imagen y mi prestigio, que lo tenía», se quejó éste tiempo después.
La anterior vista por estos mismos hechos, que pueden acarrear su expulsión de la judicatura al enfrentarse a penas de más de 30 años de inhabilitación profesional, se suspendió el pasado 24 de abril tras ser recusados varios de los magistrados de la sala. El incidente concluyó con el mandato del TSJM de que se volviera a repetir el proceso, cambiando esta vez a parte del tribunal que lo juzgará. Habrá que ver si Silva utiliza a última hora alguna argucia legal para volver a suspender el proceso.
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