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El deporte de competición es un estado de ánimo. El polideportivo de El Ferial fue testigo ayer de su definición más gráfica. Tras un buen final de año, este 2018 se estaba atragantando. Cierto es que las dos primeras piedras del camino eran de las ... grandes, primero y segundo clasificado, pero no habían sido buenos partidos.
HARO RIOJA
Jessica, Hurst, Costa, Etxebarria, Carlota, Bulgarello, Barceló (L). Avramova, Sánchez, Lope, Ane, Esteban.
3
-
0
SANT CUGAT
Berbel, Araco, Marta, Moreira, Paulson, Julian, Bové (L), María, Alcalde, Montoro, Paula. De León.
Sets 25-21 (26 minutos), 25-14 (23 minutos), 28-26 (30 minutos).
Máxima anotadora 16: Hurst.
Árbitros Suárez y Sabroso.
Incidencias Unas 200 personas en El Ferial.
Por eso, la fecha de ayer estaba marcada en rojo en el calendario del Haro Rioja Voley. Sabían que el rival se parecía más a ellas y era el día para ganar. No podía ser otro día. Y lo fue, claro.
Su entrenador, Alberto Avellaneda, reconocía al final del partido que estaban «muy enchufadas» y que resultaba «un orgullo porque es la recompensa a un buen trabajo».
Una victoria por tres mangas a cero. Contundente en el resultado final pero trabajada en cada bloqueo, en cada ataque, en cada punto.
El primer set fue algo así como un tuteo sin que ninguno de los dos equipos se atreviera a tomar la iniciativa. Un buen bloqueo daba lugar a un mal saque. Dos puntos seguidos se truncaban por una falta de acierto. Hasta que con el empate a 13, las locales quisieron ser las que marcaran la pauta. Y así lo hicieron.
Poco a poco, a partir de una defensa sin fisuras, empezaron a poner puntos de por medio, no más de cuatro pero con una sola cosa en la cabeza: la victoria. Aunque las catalanas se acercaron al final, la primera manga fue para el Haro Rioja Voley.
Durante el segundo set tan solo hubo un equipo. Las jarreras estaban dispuestas a acabar con el partido lo más rápido posible. Con una actuación vitamínica de Lara Barceló, el equipo marcó un ritmo casi marcial. No había pelota que no tocase, que no devolviese, siempre sabiendo dónde colocarse.
Siempre a remolque, las catalanas, mejor situadas en la clasificación, estaban deprimidas, sin capacidad de reacción. Otra vez el estado de ánimo. El orgullo les hizo arrancar un parcial de 0-3 que solucionó poco la papeleta.
Con el partido justo donde querían las locales, el Sant Cugat consiguió ponerse por delante en el marcador por primera vez en todo el partido desde el principio de la manga decisiva.
El conjunto de Rafa Ruiz mantenía una ventaja que parecía cómoda, consiguió hasta una renta de seis puntos, con la receta de buscar grietas a unos bloqueos hasta entonces sólidos. Las azules entraron en un bache marcado por malas decisiones en ataque y algún error de saque. Todos parecían pensar en un siguiente set donde terminar el trabajo. Todos, menos ellas.
Taparon grietas, recuperaron intensidad y lanzaron ataques. Eso las llevó al empate a 17 puntos tras un parcial de 6-2.
A partir de ahí, el set fue otro. Siete empates distintos hasta el pitido final. En ese vaivén, el ritmo lo marcó el Haro. Las catalanas, sin embargo, tuvieron hasta tres puntos de set. Pero daba igual. Las riojalteñas habían querido el partido desde el principio y pelearon hasta el final. Tuvieron tiempo, incluso, para desperdiciar un punto de partido. A la segunda, dieron por terminado un choque que empezaron a ganar desde la última derrota.
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