Zverev aplica una lección de maestro a Alcaraz

Alexander Zverev, maestro en 2018 y 2021, le mostró a Alcaraz por qué este es uno de los torneos más difíciles del calendario (6-7 (3), 3-6 y 6-4) y obliga al español a encomendarse a los dos siguientes encuentros para poder estar en semifinales.

El alemán, con un carro de saques directos y casi cuarenta golpes ganadores, desarmó a Alcaraz, que dio visos de su mejor nivel, pero se atragantó cuando tuvo el triunfo a tiro. Después de las malas sensaciones de París-Bercy, Turín era la oportunidad para terminar la temporada en alto, pero su inicio ante Zverev fue desesperanzador.

Entregó su saque a las primeras de cambio y tuvo que remar y sufrir para llevar el primer set hasta el desempate, previo paso por tres bolas de set que Zverev salvó con su servicio con 5-6. El 'tie break' fue el gran momento del murciano, mostrando iniciativa, agresividad y control sobre la pista. Durante los diez puntos que duró, se vislumbró al Alcaraz mordiente y arrollador de otros tramos del curso.

Esa inercia, que le hizo llevarse el parcial, le duró hasta el primer juego del segundo set. Dispuso de una bola de 'break' para haber tomado una ventaja más que considerable, pero Zverev no solo la salvó, sino que comenzó una escalada hasta el partido desde su punto más bajo. Ayudado en gran medida por Alcaraz, que regaló el siguiente turno de servicio y no volvió a inquietar el saque del germano en todo el parcial.

Zverev, que había perdido los dos enfrentamientos contra Alcaraz este año, afloró su gran tenis en esta superficie, cuando más le corre la bola, recuperando la confianza que tenía previa a Roland Garros 2022, momento en el que se rompió el tobillo y estuvo muchos meses fuera de la pista.

Alcaraz estaba claramente contrariado, fuera de ritmo e incapaz de enganchar varios puntos buenos seguidos. Cada servicio fue poco más que un parto y con 2-2 comenzó la despedida del partido. En la segunda oportunidad de la que dispuso el germano, Alcaraz, que había conectado un gran servicio, subió a la red y dejó pasar el golpe de Zverev, pensando que iba fuera. Este botó en la línea y dibujó una cara pasiva en la cara del español, que no mostró ni rabia ni decepción, como si supiera desde hacía minutos que ese era el resultado más probable.

El alemán no había concedido una sola bola de 'break' desde el primer juego del segundo set y mantuvo esa racha hasta el último juego del partido. Cuando necesitó la compostura para cerrar el partido, permitió una pequeña grieta en su juego en forma de 30-40, pero su respuesta fue impecable. Un cañonazo con el servicio a la línea, seguido de otros dos, para derribar a un Alcaraz que recordará su debut en el torneo con gesto serio.

No fue su peor actuación, pero dista mucho de lo que se espera del talento de El Palmar y más en un escenario en el que está destinado a reinar y a unir su nombre al de los dos únicos españoles que han triunfado aquí: Manuel Orantes (1976) y Alex Corretja (1998).

La noticia positiva para él es que ese set ganado le da alguna posibilidad más de pasar a semifinales, aunque serán obligatorias victorias contra Daniil Medvedev y Andrey Rublev en las dos próximas jornadas.

El número uno ya lo tenía perdido desde que Novak Djokovic ganara a Holger Rune este domingo y por eso el serbio recibió el trofeo como tenista que acaba el año en lo más alto antes de que comenzara el encuentro entre Alcaraz y Zverev.

«Es la corona de la temporada, terminar aquí es el sueño de cada jugador y una de las cosas más difíciles de conseguir», dijo el serbio, que ha finalizado el curso como el mejor en ocho ocasiones, dos más que Pete Sampras, el siguiente en la lista.