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El hombre que cuida los pies de Carlos Alcaraz, número uno del tenis

El hombre que cuida los pies de Carlos Alcaraz, número uno del tenis

El podólogo del joven murciano, que también trabajó en el Levante, se ha especializado en combatir enfermedades en la base de las extremidades que condicionan el rendimiento de los deportistas de la raqueta

Jueves, 22 de septiembre 2022, 11:25

Cuando Carlos Alcaraz ganó el US Open y se convirtió en el número uno del tenis mundial, el joven murciano estalló pasto de la euforia. En el torbellino de abrazos, gritos, risas, y declaraciones ante micrófonos de medios de todo el planeta, el deportista empezó a hacer regalos. A entregar, a personas allegadas, material prometido que vete a saber si con el tiempo se convierte en valiosas piezas de museo. Llegó el momento de regalar las zapatillas con las que había ganado a Casper Ruud y antes de desprenderse de ellas sacó dos plantillas. Al ver el inconfundible tono azul, ni celeste ni marino, del forro, a miles de kilómetros, Carles Ruiz sonrió: «Es un material que uso en todas mis plantillas que compro en Francia».

Es el podólogo del número uno. El hombre que no le ayudará a mejorar su revés ni el saque, ni le enseñará a dejar de abusar en ocasiones de las dejadas, pero que es básico en que la emergente estrella de 19 años conserve la salud durante toda su carrera. «Llevo a muchos tenistas», precisa Carles Ruiz, que también atiende a deportistas de otras modalidades y personas que lo necesiten para su vida cotidiana en su clínica de l'Alcúdia. Pero él desembarcó en el tenis y se ha especializado en los pies de los deportistas de la raqueta por esas casualidades que se dan y que te cambian la vida.

«Yo empecé en el Levante, estuve siete años trabajando en el club», comenta. Como ahora con los tenistas, permaneció siempre en un segundo plano: no viajaba, y apenas aparece por lo tanto en las fotos, pero era básico para los futbolistas. En un momento dado conoció a un tenista con clara vinculación granota: Pablo Andújar. Y en 2017, decidió dar un viraje: «Fue una apuesta, una situación límite». Lo de salir del círculo de confort.

Carlos Alcaraz con Carles Ruiz.

Ya llevaba varios años trabajando con tenistas porque conoce al fisioterapeuta Juanjo Moreno, cuya actividad se centra en la Academia Equelite. Y el tenis, como aficionado, le encanta: «Me cuesta ver partidos enteros por mis ocupaciones, son muy largos... aunque ahora me toca por trabajo. Pero recuerdo especialmente el de Nadal y Federer en Australia». Aquel en el que el suizo acabó llorando. A Carles Ruiz le emociona también su trabajo y los retos complejos. Eso lo descubrió en el deporte de la raqueta: trató a Juan Carlos Ferrero, que se había retirado de la alta competición pero que sigue siendo un loco de la actividad física. Quedó contento y a partir de entonces, en 2020, empezó a tratar a tenistas de la academia de Villena.

Le llegaron a sus manos los pies de un chico simpático y trabajador, que nunca protestaba por nada. Le comentaron que era un talento, una estrella en ciernes. Carles Ruiz contribuyó por lo tanto en poner las bases del número uno más joven de la historia. Ahora, en sus redes sociales, puede presumir de una foto con él, ambos sonrientes y con el murciano sosteniendo las plantillas con las que ganó el US Open. La composición de estos objetos y el tratamiento, como pueden imaginar, es secreto de estado.

«Al final, la forma de trabajar es de base la misma que para otros pacientes, sobre todo los tenistas», comenta Carles Ruiz, cuya inquietud le llevó a comprobar que la salud y los tratamientos de los pies de estos deportistas no estaban en los planes de estudios universitarios. Desde 2020 es profesor de máster en la especialidad de biomecánica del tenis, en la Universidad Católica de Valencia y en la UCAM de Murcia.

«El tratamiento estrella, por mi especialidad, es el de las plantillas a medida. Cuando tienes un gran nivel de experiencia, con ellas puedes conseguir grandes cosas», señala Carles Ruiz, que también es partidario de 'recetar' a los deportistas modelos concretos de zapatillas. Esto con los de élite es más complicado por los contratos publicitarios: «Siempre tengo la opción de adaptarme yo, voy adquiriendo truquitos como usar medio número más...». Con las plantillas ha conseguido mejorías más que notables, incluso a erradicar problemas de uñas y de ampollas, de lo que suelen sufrir sobre todo los tenistas: «¿Recuerda que se quejaron los futbolistas de Primera cuando pusieron los horarios de las 12 porque tenían que jugar a 40 grados? Los tenistas entrenan en condiciones extremas porque tienen que estar habituados a disputar partidos en esos horarios. Se gestiona de diferente manera y el podólogo es clave».

Las uñas sufren por los deslizamientos, que causan choque en las zapatillas: se hacen gruesas y se generan hematomas que derivan en la conocida uña negra, también muy habitual en corredores de fondo. «Con las plantillas he conseguido resultados espectaculares, gente que tenía muchos problemas de ampollas que prácticamente han desaparecido», señala Carles Ruiz. Para ello ha tenido que investigar a conciencia y dominar casi a la perfección la biomecánica de los materiales que utiliza. ¿Y cambia la plantilla en función de la superficie en la que se compite? Normalmente no, aunque hay excepciones, sobre todo en la élite: «En esos casos hago alguna diferencia a nivel de amortiguación, que es mayor en la tierra batida que en la pista dura».

Las plantillas para tenistas tienen un coste que pasa los 200 euros y, por la experiencia de Carles Ruiz, suelen durarles un año. «Tengo un par de casos a los que, por la intensidad y carga de partidos, les duran dos meses», señala. Asegura que para su trabajo no es un punto determinante si el jugador es zurdo o diestro, ni si juega más de fondo de pista o suele subir bastante a la red, por ejemplo: «Mi objetivo es que la plantilla cumpla su función de forma óptima el máximo tiempo posible, ya digo que la mayoría oscilan entre los cinco o seis meses y el año».

Carles Ruiz en el momento de realizar pruebas a una deportista para hacer sus plantillas personalizadas. LP

Sea Carlos Alcaraz o el lector, que juega su partido en su club el fin de semana, el modus operandi del podólogo es el mismo: pruebas estáticas y en una cinta de correr para analizar la técnica de carrera, y otras funcionales con una batería que testa la reacción del pie del deportista en una situación límite. Con los de élite suele acudir a Equelite para observarlos en los entrenamientos y en algún caso va a algún torneo: «La verdad es que hoy en día, con las nuevas tecnologías se simplifica todo mucho. Con buscarlo en Youtube tienes movimientos a cámara lenta de Carlos Alcaraz... o de cualquier otro tenista».

Una vez confeccionadas las plantillas, estas desaparecen dentro de la zapatilla y Carles Ruiz sigue en su clínica de l'Alcúdia, atendiendo ya a otro paciente. A partir de ese momento, convertirse en número uno y mantenerse en la cima depende de Carlos Alcaraz. Y claro está, de otros profesionales, empezando por Juan Carlos Ferrero como entrenador, que conforman un equipo que cuida hasta el más mínimo detalle para que la emergente estrella siga asombrando al mundo.

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