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Dagoberto Escorcia
Domingo, 9 de junio 2024
¿Qué edad me dices que tiene? 21 años. ¿Qué hacías tú a los 21 años? Ni me acuerdo. Pues te voy a explicar la historia de un chico murciano que un día decidió jugar al tenis, que sus padres lo apoyaron y que encontró ... en Juan Carlos Ferrero y Antonio Martínez a otros padres que lo ayudaron a crecer en este deporte al que muchos aspiran a llegar a la cima pero solo unos pocos pueden llegar. ¿Y él llegó? Sí, él llegó. A sus 21 años puede contar hoy que él se revolcó en una moqueta, durmió en la hierba y acaba de besar la tierra.
No ha habido otro como él, nadie que a esa edad tuviera tanto poder. Y esa es su grandeza, por la que estará siempre en la historia. Quizás no será como la bestia. Tal vez no ganará 14 Roland Garros como el otro monstruo, pero siempre, siempre, el mundo del tenis, el deporte español, y todo el tenis hablará de este murciano como uno de los grandes jugadores del mundo.
En momentos como los actuales, en los que el tenis español ha perdido poder, nada mejor que surja un campeón de Roland Garros diferente a Rafa Nadal. Y que, además, sea un chico, que sin ser un número uno, teniendo todas las dudas sobre si llegaría o no, ha acabado conquistando en tan poco tiempo tres grandes torneos, y todos en superficies diferentes. Sabíamos que Nadal era nuestro rey de la tierra. Pero nunca nos imaginamos que con 21 años teníamos un todoterreno, un campeón de todas las superficies.
Pues sí. Es Carlitos Alcaraz. No, no lo llamen nunca más así. Él es don Carlos Alcaraz. París y los franceses tienen que estar hartos de ver que su torneo preferido siempre acabe en manos de españoles. Y este, en el que Nadal, el rey de esa tierra, fue eliminado en primera ronda, apareciera un Alcaraz dispuesto a decir «aquí estoy yo».
No solo para eliminar al próximo número uno del mundo, Jannik Sinner, sino también para acabar con el desafío de otro tenista que persigue lo mismo que él, Alexander Zverev, el mismo que en la primera ronda de este torneo mandó a la calle al gran Nadal. Qué casualidad. Como una venganza sin pensarla.
Me encanta Alcaraz no solo porque su tenis es magnífico, sino por su garra, por apretar los dientes en los momentos más difíciles, porque escucha los consejos de otro campeón como Ferrero, porque sorprende cuando el pesimismo parece apoderarse de él. El tenis de Alcaraz es perfecto, con errores, con fallos, pero es auténtico. No es un tenis basado en lo físico, en pasar más bolas que su rival, en esperar el fallo del adversario. No. El tenis de Alcaraz es agresivo, ofensivo, cada golpe intenta ser ganador. Cada golpe hace daño. Es un dribling a la mentalidad del rival. Aquí va una dejada cuando piensas que va un tiro largo. Aquí va un drive al otro lado del que el enemigo espera.
No hay que caer en comparaciones, un error muy español. Es pronto para hacerlo. Nadal ya hizo historia. Alcaraz, a sus 21 años, tiene mucho recorrido y mucho futuro. Es un grande de este deporte. Puede llegar a ser número uno, pero eso es lo menos importante. El ránking manda muchas veces, pero lo que hoy fortalece tu leyenda son las victorias en grandes torneos. Y conseguir, a los 21 años, ganar en la hierba de Wimbledon, en la moqueta rápida del US Open y en la tierra de Roland Garros, todo eso, que no es poco, es propiedad de don Carlos Alcaraz.
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