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Manuel Sánchez
Madrid
Viernes, 25 de agosto 2017, 13:13
Parece claro que sin Serena Williams el circuito femenino necesita una jugadora capaz de dominar con mano firme. Las aspirantes al trono son muchas, pero probablemente ninguna sea capaz de igualar el nivel de competitividad y regularidad de la que es una de las mejores ... tenistas de la historia. La estadounidense mantuvo el cetro WTA durante 319 semanas, la más larga desde 2013 hasta 2016, cuando lo cogió Angelique Kerber. Desde entonces, la alemana, Serena en dos periodos más, y Karolina Pliskova se han aupado al número uno. Pero parece que esa posición de privilegio es algo que le costó digerir a Kerber y que no ha acabado de empujar a Pliskova. Kerber sumó el Abierto de los Estados Unidos 2016, antes de caer en una espiral de malos resultados que le han hecho bajar hasta el sexto puesto de la clasificación. Pliskova, por su parte, está a cinco puntos de perder el número uno en manos de Simona Halep, y tendrá que, como mínimo repetir final en Nueva York para aguantar el empuje, ya que hasta siete jugadoras (más ella) pueden ser número uno al final del último “Grand Slam” del año. Para suceder el reinado de Pliskova, aparece en escena Garbiñe Muguruza.
La hispano venezolana, ya instalada en la primera posición de la carrera a Singapur, puede ser número uno del mundo por primera vez en su vida tras el “Grand Slam” estadounidense. Muguruza solo defiende 70 puntos de la segunda ronda alcanzada el año pasado, y podría valerle llegar hasta octavos de final para ascender dos plazas en la clasificación (actualmente ocupa el número tres de la WTA). No obstante, dependería del resultado de todas sus rivales, por lo que el escenario más seguro, y complicado, para ser número uno en dos semanas, sería conquistar la copa en Flushing Meadows. Si Muguruza lograse el tercer “Grand Slam” de su vida sería número uno sin importar lo que consigan el resto de jugadoras. Incluso una final en Nueva York le aseguraría el trono WTA, siempre y cuando no perdiese en esa ronda con Simona Halep, Elina Svitolina o Karolina Pliskova, con la que empataría a 7.090 puntos si esta situación se diese.
Por lo tanto, Muguruza depende de sí misma en un torneo en el que partirá como la tercera cabeza de serie y la primera favorita para las casas de apuestas, que le dan un 18,2 % de probabilidad de levantar el trofeo. No obstante, la campeona de Wimbledon nunca ha pasado de segunda ronda en el 'Grande' estadounidense, por lo que necesitará ir con la confianza mostrada en Stanford (semifinales) y Cincinnati (campeona) para conseguir lo que solo una española en toda la historia ha logrado.
Muguruza ya igualó a Conchita Martínez como la única tenista española en conquistar Wimbledon hace tan solo unos meses, y ahora está en la situación de unirse a otro mito del deporte español. Solo una tenista española ha liderado la WTA. Arantxa Sánchez Vicario sostuvo el reinado femenino durante doce semanas en tres períodos de 1995. Del 6 de febrero al 19 de febrero, del 27 de febrero al 9 de abril, y del 15 de mayo al 11 de junio, fecha en la que cedió el liderato en favor de Steffi Graf. La que conquistase cuatro “Grand Slam” es la única española en tener tal honor, ya que, por ejemplo, Conchita Martínez se quedó a las puertas en octubre de 1995 cuando fue número dos del mundo. Sin embargo, parece que la exclusividad de Sánchez-Vicario tiene los días contados, la última palabra queda en la raqueta de Garbiñe Muguruza.
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