Sabalenka baja del pedestal a Swiatek

Sobre el papel era la mejor final que se podía ver en el cuadro femenino por enfrentar a las dos mejores jugadoras del mundo, y evidentemente no defraudó. La primera manga tuvo la igualdad esperada por un encuentro disputado entre dos tenistas que se conocen a la perfección. Fieles a su estilo, ambas jugadoras supieron solventar sus turnos de saque hasta el 4-3, cuando Sabalenka tiró de pegada para desbordar a la número uno del mundo. La bielorrusa certificó la rotura con un revés a la línea y confirmó el 'break' para llevarse la primera manga por 6-3.

Swiatek, más fallona de lo habitual, sobre todo en el tramo final del primer parcial, se ausentó de la pista Manolo Santana para resetear la mente, y vaya que le funcionó. La polaca comenzó el segundo set con un punto extra de intensidad y confirmó esa reacción arrebatando el servicio de Sabalenka para poner el 3-0.

Sin embargo, la jugadora de Minsk respondió con una contrarrotura, en una segunda manga dominada por la polaca pero en la que la bielorrusa no fue arrollada como suele ser habitual en la número uno. Swiatek comenzó a leer mejor los servicios de Sabalenka, intratable al saque durante todo el torneo, y cerró la segunda manga con un resto marca de la casa que dejó a la bielorrusa haciendo la estatua.

Era fácil pensar que tras la reacción de Swiatek la balanza se decantaría a su favor, pero Sabalenka se negó en rotundo. La bielorrusa asestó otra rotura al inicio de la tercera manga, pero Swiatek volvió a responder para igualar de nuevo la contienda. La pista Manolo Santana no daba crédito ante el nivel de tenis mostrado por ambas jugadoras, que dieron una exhibición como pocas veces se recuerda en la Caja Mágica.

Sabalenka tuvo un punto más de acierto en el tramo final del encuentro y aprovechó un momento de duda de la número uno del mundo para volver a arrebatarle el saque. Swiatek salvó hasta cuatro bolas de encuentro en un último juego interminable que acabó con Sabalenka superando a a la polaca por primera vez en su carrera en arcilla.

A sus 25 años, la bielorrusa vive la mejor temporada de su carrera tras ganar el Abierto de Australia, el Masters 1.000 de Madrid y lograr su 13º título WTA. Swiatek, que hasta hace poco dominaba con puño de hierro el circuito femenino, tiene ahora una rival a su altura para la próxima década.