Alcaraz sigue sin freno

Ya son nueve victorias seguidas, contando las de Indian Wells, y está, sin ningún lugar a dudas, en el mejor momento de la temporada. Está lanzado a por el 'Sunshine Double', es decir la consecución de los dos Masters 1.000 estadounidenses seguidos, y Musetti fue solo un obstáculo fácil de saltar en el camino.

El italiano es uno de esos pocos privilegiados que ha conseguido ganarle una final a Alcaraz -solo hay otros tenistas más en el circuito, Novak Djokovic, Jannik Sinner y Cameron Norrie-. Lo consiguió en Hamburgo 2022 y, aunque Alcaraz ya lo vengó en los octavos de final de Roland Garros el año pasado, esta vez hizo aún más mella en un escenario que le gusta y en el que se siente cómodo como es Miami, donde ya ha estado en tres años seguidos entre los ocho mejores.

Esta vez el suspense estuvo fuera de la pista, como ya le ocurrió con las abejas en California, y es que el partido se retrasó varias horas porque hubo un corte de luz y el ojo de halcón no funcionaba. Esto provocó que no pudiera empezar el partido entre Victoria Azarenka y Yulia Putintseva y que, por lo tanto, el de Alcaraz, que se disputaba después en la misma cancha, también comenzara con retraso.

Pero Alcaraz ya está acostumbrado a todos estos contratiempos, sobre todo en una semana marcada por la lluvia y los retrasos y aplazamientos, y no le intimidan ni estorban lo más mínimo.

Por eso comenzó con 'break' a favor y mandándole una primera advertencia a Musetti, que no generó ni una bola de rotura a su favor en el primer set y volvió a ceder su servicio con 5-3.

Alcaraz lo tenía todo bajo control y solo sufrió un susto con 1-1 en el segundo parcial, cuando solventó dos bolas de 'break' y con 4-2 a favor, cuando vio la victoria tan cerca que se lio y perdió su servicio por primera vez en el partido.

El murciano hizo sangre con el revés del italiano y no tuvo problemas en subir a la red, tirar dejadas y mostrar un juego muy agresivo, con 23 golpes ganadores. Además varió mucho la posición en el resto, protegiéndose el revés para buscar dominar con su derecha.

Tuvo un pequeño susto en el último juego del partido, que recordó a lo ocurrido en Río de Janeiro, cuando se torció el tobillo. Se resbaló y se cayó al suelo, sin mayores consecuencias que un pequeño raspón en la mano derecha.

No le supuso más que un sobresalto. Ni siquiera sufrió para sentenciar el partido que le lleva a estos cuartos de final contra el búlgaro Grigor Dimitrov, que venció al polaco Hubert Hurkacz por 3-6, 6-3 y 7-6 (3). Será el quinto choque entre ambos, con tres victorias en los tres primeros duelos para el español y un último precedente, en el Masters 1.000 de Shanghai en 2023 con victoria para el búlgaro. De llevárselo Alcaraz, igualará el resultado cosechado aquí el año pasado.