javier bragado
Jueves, 5 de mayo 2016, 21:54
Hay partidos que Rafael Nadal gana con su reputación. Es el rey de la tierra batida y hasta las mejores raquetas se encogen cuando está confiado porque les infunde terror al pisar terreno rojizo. De entre todos los ganados por ese historial, el partido de ... cuartos de final de Madrid contra el portugués podría haber sido uno de ellos si no hubiera aparecido la lluvia.
Publicidad
Joao Sousa, quien conoce bien a Nadal por haber entrenado con él en Mallorca a finales de año, sucumbió de inicio al vértigo. Él, que nunca ha visto en el ranking ATP entre los 30 primeros, acumula 22 derrotas y sólo una victoria en enfrentamientos contra los top-10. Así, el 14 veces ganador de un Gran Slam pudo manejar la presión psicológica a su favor para dirigir el partido hacia a cada minuto. Al de Guimaraes la red le pareció más alta de lo habitual y el campo contrario más pequeño cuando logró mandar la pelota al terreno del rival.
A Nadal le bastó con ser fiable. Nada de riesgos ni golpes rebuscados porque su adversario competía contra él y contra sus propios miedos. El resultado: 14 errores no forzados de Sousa. Poco tuvo que esforzarse el balear para apuntarse el primer set en apenas 25 minutos de un choque que en teoría le habría enfrentado a Roger Federer si el suizo no hubiera abandonado el torneo antes de empezar por una lesión.
En la segunda manga el portugués logró soltar sus músculos, sentirse menos abrumado y aguantar los intercambios de más de tres golpes, por lo que se niveló el juego. El balear tuvo que empezar a correr, a ajustar sus golpes y a cuidarse de la brisa que se levantó para perjuicio algunos de sus golpes. Pero el mejor aliado para Sousa fue la lluvia que irrumpió en el barrio de Villaverde casi como una llamada de socorro.
El agua obligó a cerrar la cúpula cuando Nadal afilaba su cuchillo con una bola de rotura con 3-2 para el español. La petición a los dioses de la meteorología del de Guiamaraes escribió un nuevo guión, el de un choque a cubierto y una nueva vida una hora después de empezar el partido. Rompió la inercia con un break con 4-5 y presentó un partido nuevo al cabeza de serie número 5 del torneo al ganar la segunda manga, algo impredecible al aire libre. «Al haberse mojado la pista la pelota se ha puesto un poco más grande y se ha complicado un poco», reconoció Nadal tras la derrota.
Publicidad
El tercer set levantó todavía más el ánimo del portugués. Tomó la iniciativa con sus saques, envió la pelota a los pies del español y obligó a Nadal a esforzarse. Sousa, con muchos mejores resultados bajo techo, encaró el final en mejores condiciones. El de Guimaraes podía ganarlo todo y no perder nada.
El manacorense empleó una mayor intensidad cuando su revés no le dio seguridad y regresó al espíritu de supervivencia para forzar largos puntos. Entonces regresó el vértigo del portugués, perdió su saque y el 5-3 entregó el segundo duelo de Nadal que firmó un 6-0, 4-6 y 6-3 en los cuartos de final de Madrid en poco más de dos horas y un extraño enfrenamiento que fue como dos partidos diferentes. «Hoy es como si no hubiese habido altura», explicó el balear.
Publicidad
Le espera Murray
El español se enfrentará en las semifinales el británico Andy Murray, quien venció 3-6 y 2-6 a Tomas Berdych bajo techo. El actual defensor del título demostró la firmeza que le ha llevado a derrotar a Radek Stepanek y a Gilles Simon, aunque esta vez sólo necesitó de dos sets en la pista que se cerró durante la mañana por la amenaza de lluvias y tormentas que abrirían una amplia gotera en el siguiente partido de la jornada.
El finalista del Abierto de Australia y semifinalista de Montecarlo encaró el duelo con serenidad en la sesión matinal de la pista Manolo Santana y no concedió ningún punto de rotura a su rival checo, que había accedido a la fase con los ocho mejores por sexto año consecutivo. El centroeuropeo se agarró a su saque pero quien no cedió con su servicio fue el escocés, ganador dos veces el torneo madrileño. En la otra parte del cuadro el australiano Kyrgios apretó al japonés Kei Nishikori, aunque el nipón venció 6-7, 7-6 y 6-3.
Publicidad
Se acaba el sueño de Chirico
En el cuadro femenino la eslovaca Dominka Cibulkova acabó con el sueño de Louisa Chirico, número 136 del ranking WTA, que había alcanzado las semifinales del torneo después de eliminar a Ana Ivanovic y beneficiarse por la baja por lesión de Viktoria Azarenka. La menuda europea lanzó sus derechas, movió a su rival y la remató con sus dejadas para vencer con autoridad 6-1 y 6-1 en menos de una hora de partido ante una joven de 19 años que únicamente pudo responder con algún buen revés cruzado. Cibulkova, finalista en el Abierto de Australia en 2014 aspira ahora a su sexto título.
Halep avanza a la final
La otra finalista del torneo femenino será Simona Halep, la última de las cabezas de serie supervivientes. La rumana venció a la australiana Samantha Stosur 6-2 y 6-0 en un encuentro en que sólo estuvo disputado hasta que la número 23 del ranking WTA desconectó. La falta de concentración de la oceánica precipitó un duelo resuelto en menos de una hora con demasiados errores no forzados con su derecha ante la firme rumana que ya sabe lo que es ganar el torneo.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.