Finlandia sueña en el 'Martín Carpena de Helsinki'

Para rizar el rizo, Finlandia ganó sin su número uno, Emil Ruusuvuori (68º), aunque Canadá, a priori con más banquillo, se vio en una situación parecida al no poder tener tampoco por lesión a Felix Auger-Aliassime (29º). Fue el punto del doble, una vez más, el que lo decidió todo, con la mejor versión de un especialista consumado como Harri Heliovaara (séptimo del mundo en esta disciplina a principios de año), al lado de Otto Virtanen, que aprovechaba la inercia ganadora de su partido anterior. Las impresionantes voleas cruzadas de Heliovaara y el saber estar de la pareja nórdica, que llevó la iniciativa todo el choque ante el curtido Vasek Pospisil y Alexis Galarneau (7-5 y 6-3 en una hora y 43 minutos), dieron la victoria a Finlandia, que empezó perdiendo la serie y la remontó.

La jornada en Málaga comenzó con la redención de Milos Raonic (318º), de la forma más insospechada. El ex número tres mundial, allá por 2016, pero un 'top ten' más que consolidado durante años en el circuito, hace tiempo que estaba fuera de la circulación. Se le había perdido la pista, tras 22 meses de baja, pero reapareció este año en la hierba de Hertogenbosch y sumó el primer punto para Canadá.

Fueron él y el semidesconocido Patrick Kaukovalta (715º) los elegidos para abrir pista, ante las bajas, y el canadiense apenas tuvo problemas para finiquitar la cita por la vía rápida: 6-3 y 7-5 (67 minutos), con un impresionante 97% de puntos ganados con primeros y 18 'aces'.

Raonic (32 años) siempre fue uno de los grandes 'cañoneros' mundiales. Carente de cierta movilidad para el intercambio desde el fondo o el juego de media pista, no tuvo problemas pese a haber jugado sólo ocho partidos este año, siendo unos dieciseisavos de final en casa, en el Masters 1.000 de Toronto, lo más brillante. En realidad a Raonic, finalista de Wimbledon en 2016 y ganador de ocho títulos ATP, pero que no jugaba en la Davis desde 2018, no podía plantearle problemas Kaukovalta (24 años), que sólo se ha movido en Futures este curso. Apenas una presencia en un Challenger, hace días, con derrota. El de Turku jugaba el partido de su vida. Demasiada presión.

Después Virtanen calmó a la multitud de fineses. El número dos de su país, ejerciendo ya de uno, superó en dos mangas (6-4 y 7-5) al gigante Gabriel Diallo (2,03 metros). Fue un duelo generacional, con dos contendientes de 22 años, en el que Virtanen (170º) jugaba sin red. Bueno, con la de la pista, y bien que estuvo certero en los puntos calientes del partido para superar a Diallo (138º), curiosa combinación de padre guineano y madre ucraniana, crecido en Montreal, que ya estuvo en el equipo campeón del torneo en 2022, pero sin jugar. Virtanen está siendo un seguro de vida para Finlandia desde el comienzo de las Finales. Lleva cinco de cinco victorias, porque en la fase de grupos ya se deshizo de Botic van de Zandschulp, Prizmic y McDonald. Llegó a ser 109º en abril, lo entrena su padre y este curso ganó dos Challengers este año, en Lille y Lugano.

Sólido con el saque, sólo se expuso a una bola de 'break', y la salvó en el primer set. En cambio, estuvo fino en la única opción de quiebre y se adjudicó la primera manga para ir presionando a Diallo en la fase final de la segunda, hasta encontrar su objetivo. Luego, sufrió para cerrar el duelo (sacó con 0-30), pero la profundidad de sus golpes derrumbó a Diallo, un tenista con buenos movimientos pese a su altura, pero quizás poco convencido de sus opciones, en un duelo inédito. Ahora Finlandia espera a Australia o a la República Checa, pero sin Ruusuvuori (si no se recupera para el viernes) va a necesitar un milagro para ser finalista.