Toni Nadal

Exentrenador de Rafa Nadal

«Cuando golpeó la bola por última vez, no pude evitar pensar en todo lo vivido»

- Ha escrito usted que la carrera de Rafa Nadal ha sido un sueño casi perfecto. ¿Qué ha faltado para que fuera completo?

- Ha faltado no tener la cantidad de lesiones que hemos tenido, y, por otra parte, algo que consideramos normal, que es haber sufrido una derrota de más. Pero al final, en la vida uno lo que tiene que ser es agradecido. Y hoy puedo decir que nos fue muy bien.

- ¿Ha sentido algo de pena?

- Bueno, yo lo tengo muy asumido, pero evidentemente es un momento de tristeza y de añoranza por todo lo vivido. Pero también creo que cuando uno ha apurado hasta el final y llegas a la conclusión de que ya no hay más, lo asumes con una cierta normalidad. Es verdad que cuando ha golpeado por última vez, que cuando ha hecho su último saque, cuando has visto que ha perdido, he sentido emoción y uno no ha podido evitar pensar en todo lo vivido.

- ¿Entre aquellos días que lo veía, pequeño, paseándose con una raqueta en la mano por el club de tenis de Manacor, y el último partido de su carrera profesional cree que ha quedado algo por hacer?

- A ver, siempre queda algo por hacer. Y todo siempre es susceptible de mejorarse. Al final, siempre hubieras podido hacer algo más, algo más en el saque, algo más en no sé qué, en esto, en lo otro, pero uno tiene que tener una visión global y creo que en líneas generales las cosas fueron muy, muy bien.

- ¿Qué virtud tiene Rafa de la familia Nadal?

- No sé si es de los Nadal, pero deportivamente ha tenido la virtud de ser un jugador bastante completo, con una buena técnica, buenos golpes, una muy buena actitud, una capacidad o una voluntad de mejorar muy importante. Después, creo que ha tenido, no sé, bastantes cosas que le han llevado a ser quien ha sido.

- Usted ha afirmado que la vida les ha tratado mejor de lo que esperaban y había dado mucho más de lo que merecían. ¿Sigue pensándolo?

- Claro, es que es totalmente así. Seríamos muy engreídos sí creemos que la vida nos ha tratado como merecíamos. Quiero decir que si dijéramos que nos ha tratado como él se merecía, podríamos estar diciendo que si ha sido el dos, el uno, el tres del mundo, pues significaría que es el uno, el dos del mundo en merecimiento. Bueno, en la vida hay gente que tiene suerte, que la vida le trata bien. Yo le dije muchas veces a Rafael cuando tenía los problemas de lesiones: 'Mira, hay mucha gente que tiene problemas en la vida, y muchos. Y hay muchos que no pueden llegar a final de mes, algunos tienen problemas familiares importantes, pocos tienen éxito en la vida y tú, en cambio, has podido disfrutar de todo eso'. Pues lo que nos toca, creo yo, es ser agradecidos y esto es lo que yo intentaba trasladarle, porque la realidad es que en la vida hay mucha gente que se esfuerza, no es solo Rafael, Rafael se ha esforzado y se ha exigido bastante, pero ha tenido mucha suerte. Ha hecho lo que le gustaba y le ha ido muy bien.

- Hace unos días, otro tenista, Martín del Potro, confesaba que quizás los que estamos fuera lo hemos visto con un hombre muy fuerte, pero que él ha sentido mucho dolor, y que ahora solo quiere subir una escalera sin sentir dolor. ¿Es el dolor lo que más ha fastidiado a su sobrino?

- Por supuesto. Las lesiones han sido lo peor en la carrera de Rafael. Convivir con una lesión, que sabíamos que era una lesión congénita, que no tenía solución, y tú sabes que cuando juegas, o mejor dicho, no sabes cómo te va a responder el cuerpo, eso mata. Y es muy difícil convivir con ello.

- ¿Se marcha feliz?

- Sí, sí. Muy feliz de lo vivido, de lo conseguido. Rafael se va con la satisfacción del deber cumplido, de saber que hizo en todo momento aquello que pudo hacer. Muchas veces la gente cuando acaba algo, pues tiene la sensación de que hubiera podido hacer más. Yo creo que mi sobrino se va con la tranquilidad de poder decir: 'Mira, yo hice todo cuanto pude y las cosas salieron bien'. Creo que cuando vea lo conseguido, analice las dificultades que tuvo, creo que le va a quedar una buena sensación de boca.