España mira al Grupo Mundial

Conchita Martínez se marcó el objetivo de devolver a España al Grupo Mundial. Tras conseguirlo con las chicas en la Copa Federación, el reto de dotar de tranquilidad deportiva y extradeportiva al tenis español recayó en sus hombros. El desastre en Vladivostok con la derrota ante Rusia dejó muy afectada a la capitana española pero fue suficiente para echarla abajo. Se viajó a Dinamarca para no bajar al Grupo II de Copa Davis con Nadal entre los cuatro componentes del equipo dos años después de su última aparición. La contundente victoria tranquilizó los ánimos y contagió de esperanza al tenis español de cara a 2016.

El viaje a Rumanía trajo a la mente los peores recuerdos posibles. España jugó una vez más alejada de su público, con Nadal y Ferrer fuera del equipo y con la presión de ser favoritos y no poder fallar. Como ya pasó en Rusia, España se adelantó 0-2 en el marcador, perdió el dobles y encaró la jornada dominical con todo por decidir. «Sabíamos que Rumanía sería complicado», reconoció Conchita a la Federación Española de Tenis. Con las espadas en todo lo alto la raqueta de Roberto Bautista brilló con luz propia y dio a España el punto definitivo y la oportunidad de luchar por el ascenso. El castellonense afirmó «estar contento por la victoria y por haber dado el tercer punto a España». Se puso la capa de héroe que se le había escapado con las derrotas en Brasil y Alemania. A la aportación del número 15 mundial, se añadió el debut de Pablo Carreño. El asturiano debutó en la competición con una victoria intrascendente pero de gran valor sentimental. «Aunque la eliminatoria estaba decidia para mí era muy bonito debutar», señaló el tenista.

Volver a casa

Con la victoria en Rumanía España se ganó el derecho a estar en el sorteo del ascenso al Grupo Mundial. El ranking del equipo español le permite acudir como cabeza de serie, por lo que evita a rivales como la Suiza de Roger Federer, la Canadá de Milos Raonic o Australia. Entre los posibles enfrentamientos de la cinco veces campeona de Copa Davis se encuentran Brasil y Rusia, de amargo recuerdo para los intereses de España. El resto de emparejamientos serían, a priori, más sencillos. Chile, Ucrania, India, Polonia, Uzbekistán o Eslovaquia no cuentan con ningún gran nombre en sus equipos.

Los componentes del equipo español han destacado no solo la importancia del rival sino también el hecho de donde jugar. «Que todos crucen los dedos y vamos a empujar para ver si podemos jugar en casa», declaró Conchita. Las eliminatorias fuera de casa se han convertido en la tónica general en el camino más reciente de la armada. Las últimas cinco confrontaciones han tenido lugar a domicilio. España no disfruta de los beneficios de jugar ante su público desde la victoria en La Caja Mágica en 2013 ante Ucrania. Demasiado tiempo ha pasado desde el último partido en casa y desde el último encuentro en el Grupo Mundial. La dinámica negativa puede cambiar del 16 al 18 de septiembre, cuando España juegue por ascender dos años después del desastre de Brasil.