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Los responsables del La Laboral Tenis Club no pueden más. El COVID-19 les obligó a cerrar sus puertas cuando comenzó la pandemia, en marzo. Y siete meses después la situación es exactamente la misma: la instalación ubicada dentro del Instituto de avenida de Madrid (pero que funciona como un club) continúa cerrada. Además de la situación personal –tres familias viven del club–, hay cerca de 200 alumnos que esperan retornar a las clases y cursillos que allí se imparten. Pero la Consejería de Educación no les da el visto bueno. «La Laboral Tenis funciona como club, con todas sus normas de seguridad. No es una actividad extraescolar, es totalmente independiente», explica su director, Martín Guldberg.
Por tal motivo, y ante la negativa de Educación para abrir el complejo, los responsables del club han comenzado una campaña de firmas. «Ante la ausencia de novedades, estamos recolectando firmas para llevar una petición formal a las autoridades y que reabran las instalaciones».
«La situación es crítica, tanto para los profesores como para mí. Cuando comenzó la pandemia teníamos 186 alumnos, que también se ven afectados por esta situación», apuntó Guldberg. «Estamos literalmente en la calle y necesitamos volver a dar clases. Ya no sabemos qué hacer», resume.
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